La piña panameña conquista nuevos mercados y gana prestigio internacional
Panamá se ha posicionado como proveedor de frutas tropicales de alta calidad, con envíos a Europa y el Medio Oriente. La piña y el jengibre lideran la expansión.
La piña panameña vive un momento de auge en los mercados internacionales. Gracias al trabajo coordinado entre productores locales, exportadores y nuevas empresas del sector agroindustrial, el país ha logrado mejorar la reputación de su fruta tropical y diversificar sus destinos, consolidándose como un proveedor emergente en Europa y el Medio Oriente.
Durante su participación en la feria Fruit Attraction 2025 en Madrid, Kimberly Rudas, representante de Industria 4.0 Panamá S.A., destacó que "las piñas panameñas han mejorado notablemente su reputación en los últimos años". La empresa exporta actualmente entre 2 y 6 contenedores de piña fresca por semana a Italia, España y los Países Bajos, con una creciente participación de pequeños productores independientes.
"Dependemos mucho de ellos; su fruta es de excelente calidad y contribuye al desarrollo del sector y de las comunidades rurales", señaló Rudas, quien también subrayó la importancia de que más familias rurales se integren al proceso exportador para fortalecer la cadena productiva.
El contexto climático de 2025 ha sido especialmente favorable. El país experimentó un verano menos severo que en años anteriores, con lluvias moderadas que permitieron una cosecha más uniforme y estable. Este equilibrio climático ayudó a mantener precios constantes y a generar un entorno de competencia más justa para los exportadores.
Piña y jengibre: los embajadores tropicales de Panamá
Además de la piña, la empresa ha impulsado con éxito la exportación de jengibre fresco hacia Dubái, alcanzando 4.000 kilos semanales. Este producto proviene de familias rurales asentadas en la frontera entre Panamá y Colombia, donde se cultiva en suelos vírgenes y se cosecha de manera totalmente artesanal.
"No podemos competir en precio con países como Brasil o China, pero sí en sabor y picor, cualidades muy apreciadas en ese mercado especializado", afirmó Rudas. La combinación de calidad sensorial, trazabilidad y prácticas sostenibles ha permitido que el jengibre panameño encuentre un nicho estable en el mercado árabe.
A pesar de las dificultades logísticas de comienzos de año -marcadas por la escasez de contenedores y la congestión portuaria-, la situación se ha normalizado. "Algunos clientes nos dijeron que, incluso con los retrasos, la fruta panameña llegó fresca y con excelente textura. Uno de ellos recibió el cargamento 42 días tarde y se sorprendió por su sabor", relató la empresaria.
Este tipo de comentarios refuerza la percepción internacional de Panamá como un origen confiable, capaz de ofrecer frutas tropicales de calidad premium, adaptadas a los estándares exigentes de los mercados europeos y de Medio Oriente.
Diversificación y valor agregado
Con el objetivo de aprovechar al máximo la producción nacional, Industria 4.0 Panamá S.A. comenzó a enviar pequeños volúmenes de limón, malanga y pitaya, atendiendo la demanda específica de productores locales y compradores extranjeros.
"En Panamá, si producimos demasiado, el mercado interno no puede absorberlo; por eso es fundamental buscar oportunidades fuera del país", explicó Rudas. Esta estrategia de diversificación no solo reduce la dependencia del mercado local, sino que impulsa la inclusión de nuevos cultivos no tradicionales en el comercio exterior panameño.
El dinamismo exportador también se traduce en beneficios sociales. Cada contenedor que sale de Panamá representa ingresos directos para decenas de familias rurales, fortaleciendo economías locales y promoviendo un modelo de desarrollo basado en producción sostenible, trazabilidad y responsabilidad social.
Con un entorno climático favorable, infraestructura portuaria en recuperación y una reputación en ascenso, la piña panameña consolida su lugar en el mapa mundial de frutas tropicales. El desafío ahora será sostener este crecimiento, ampliar la red de mercados y mantener el sello de calidad que distingue a la fruta del istmo.