Brasil

Heladas reducen el rendimiento de la papa en São Paulo

Productores del suroeste paulista advierten que el frío de junio impactará en el tamaño de los tubérculos y en la oferta de septiembre.

La cosecha de papa en el suroeste de São Paulo enfrenta un año irregular, marcado por las heladas registradas a fines de junio que comprometen el rendimiento de los lotes más recientes. Aunque el ciclo de invierno avanza en línea con el calendario regional, los técnicos anticipan una reducción en el tamaño de los tubérculos y un descenso progresivo en los volúmenes a partir de septiembre.

La siembra de invierno comenzó en febrero y se prolongó hasta mediados de año. La cosecha, iniciada en junio, se extenderá hasta diciembre, con la expectativa de que cerca del 60% de la producción se comercialice antes de fin de agosto. Por ahora, los lotes recolectados muestran buena calidad y piel uniforme, aunque el frío de julio retrasó el cierre de las cubiertas y ralentizó el ciclo de desarrollo.

El clima suave, con bajas temperaturas y menor radiación solar, generó retrasos en la maduración, pero evitó los daños propios de los años de calor extremo. La escasez de lluvias jugó a favor de los productores, ya que la papa depende en gran medida del riego suplementario y los suelos mantuvieron condiciones estables para el desarrollo del cultivo.

Plagas y enfermedades bajo control

La presión de plagas varió según el momento de siembra. En las primeras implantaciones, las altas temperaturas de febrero y marzo favorecieron la aparición de la vaquinha (Diabrotica speciosa), un coleóptero que afecta las hojas jóvenes. Con el avance del invierno y especialmente en julio, el principal problema fueron los gusanos de alambre, que migraron desde otros cultivos en busca de humedad y atacaron a las plantas en pleno ciclo.

En materia sanitaria, se registraron focos de sarna común, vinculados a un manejo excesivo de encalado en algunos lotes, y casos aislados de Rhizoctonia solani, detectados en las cosechas de finales de julio. En ambos casos, los brotes fueron controlados y no afectaron de manera significativa la calidad comercial.

En cuanto al rendimiento, a fines de julio los promedios regionales se ubicaron en 42 toneladas por hectárea, una cifra estable en el corto plazo pero que podría caer en los lotes más expuestos a las heladas. Las estimaciones indican que la disminución será más marcada desde fines de agosto y durante septiembre, cuando salgan al mercado los cultivos más dañados.

Menor oferta hacia fin de temporada

Con el pico de cosecha ya alcanzado en julio, se espera que la oferta regional de papa disminuya gradualmente en los próximos meses. Los técnicos coinciden en que el impacto de las heladas no se reflejará de manera inmediata, sino en la proporción de tubérculos pequeños y en la caída de volúmenes a medida que avance el calendario.

Para el mercado paulista, que depende de esta producción invernal, el ajuste de la oferta podría presionar los precios hacia arriba a partir de septiembre. El desafío para los productores será equilibrar la calidad del producto disponible y sostener la rentabilidad en un año condicionado por el clima y por el manejo de plagas en distintos momentos del ciclo.

Agrolatam.com
Esta nota habla de: