La crisis global del cacao abre una oportunidad histórica para el Perú
El alza récord en los precios internacionales y la caída de la producción africana colocan al cacao peruano en una posición estratégica para liderar nuevos mercados.
El mercado mundial del cacao atraviesa una de sus crisis más profundas en décadas.
Entre octubre y diciembre de 2024, los precios internacionales del grano aumentaron más del 60 %, superando los 11.000 dólares por tonelada en las bolsas de Nueva York y Londres, según la Organización Internacional del Cacao (ICCO). La situación elevó los costos de producción de chocolate a niveles históricos y dejó al descubierto la vulnerabilidad de la oferta global.
La principal causa se encuentra en África Occidental, donde Costa de Marfil y Ghana -que concentran cerca del 60 % de la producción mundial- enfrentan una combinación crítica de sequías prolongadas, envejecimiento de plantaciones y la propagación del virus del hinchamiento de los brotes del cacao (CSSV). El resultado ha sido una drástica caída en la producción, que podría tardar años en recuperarse.
Este panorama abre una ventana de oportunidad para países emergentes como el Perú, que en los últimos veinte años ha logrado posicionarse como un productor reconocido por su calidad, diversidad genética y sostenibilidad.
De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), el país ocupa actualmente el octavo lugar mundial en producción de cacao, y su cadena de valor involucra a más de 90.000 familias, principalmente en la Amazonía peruana.
Un cultivo estratégico para el desarrollo rural
El cacao se ha consolidado como cultivo bandera de la agricultura familiar y motor de desarrollo alternativo en zonas cocaleras.
Para los especialistas, el contexto internacional exige que el Perú fortalezca su productividad y garantice volúmenes consistentes de exportación, además de avanzar en valor agregado en origen.
"El cacao peruano goza de reconocimiento internacional por su aroma y calidad. Hoy la prioridad debe ser mejorar la productividad y la gestión hídrica para consolidar su presencia en los mercados globales", señalan representantes del sector.
Una de las claves está en la tecnificación del riego.
Actualmente, la mayoría de las plantaciones peruanas dependen de las lluvias, lo que las hace vulnerables al cambio climático. La adopción de sistemas de riego por goteo permite suministrar agua y nutrientes de manera precisa, reducir pérdidas por evaporación y aumentar el rendimiento hasta en un 150 % frente a cultivos no irrigados, según estimaciones de la FAO y la Fundación Mundial del Cacao.
"El riego localizado ayuda a estabilizar la producción y a prevenir enfermedades asociadas al exceso de humedad, como la moniliasis y la escoba de bruja. Además, mejora la calidad del grano y permite una gestión más eficiente del agua", explican técnicos del sector agrícola.
Inversión, investigación y valor agregado
Especialistas coinciden en que el éxito del cacao peruano dependerá de una estrategia integral que combine inversión, innovación y capacitación.
Entre las prioridades destacan:
-
Ampliar la investigación genética, para disponer de clones adaptados a las distintas condiciones agroclimáticas.
-
Expandir el riego tecnificado y los sistemas de fertirrigación.
-
Capacitar a productores en manejo sostenible y poscosecha, garantizando granos homogéneos y trazables.
-
Promover el valor agregado en origen, impulsando el desarrollo del chocolate fino peruano con identidad territorial.
Con estos avances, el cacao no solo consolidaría su rentabilidad, sino también su rol como motor del desarrollo rural sostenible.
En zonas de San Martín, Ucayali, Cusco y Junín, el cultivo ya se ha convertido en una fuente estable de empleo y en un ejemplo de reconversión productiva con impacto social.
El aumento del precio internacional y la caída de la oferta africana proyectan un escenario favorable para el cacao latinoamericano.
El Perú, junto con Ecuador, Colombia y Brasil, podría ganar terreno en el mercado internacional, siempre que garantice volúmenes consistentes y trazabilidad en sus exportaciones.
Para los analistas, la coyuntura representa "una oportunidad histórica para consolidar al Perú como referente mundial en cacao fino de aroma".
La adopción de tecnología, el fortalecimiento de la asociatividad y una política pública de largo plazo serán los pilares para transformar esta crisis global en una etapa de expansión para la agricultura peruana.