Aguacate: tres estrategias que diferencian a Perú, México y Colombia
Mientras Perú avanza con tecnificación y grandes extensiones, México domina Norteamérica con precios competitivos y Colombia busca consolidarse en Europa con producción continua.
El mercado global del aguacate refleja tres modelos productivos que conviven y compiten con dinámicas diferentes: Perú, México y Colombia se han convertido en protagonistas con estrategias adaptadas a sus realidades geográficas, productivas y comerciales. Para el grupo Arba, con presencia en Colombia y Perú, estas diferencias marcan la capacidad de cada país para posicionarse en los principales destinos, especialmente Europa y Estados Unidos.
Colombia ha dado un salto en 2025 al consolidar por primera vez envíos ininterrumpidos durante todo el año, con programas semanales que aseguran presencia constante en los supermercados europeos. Este esquema representa una ventaja frente a Perú, cuya producción alcanza su pico en un período de 12 a 14 semanas. En contraste, el país cafetero logra dos temporadas: una principal, que concentra hasta el 65% del volumen, y una secundaria o "traviesa", que suma el 40% restante, lo que permite abastecer el mercado durante las 52 semanas del año.
Sin embargo, las condiciones productivas en Colombia también presentan limitaciones. Las plantaciones se encuentran en zonas montañosas que dificultan la mecanización, dependen en gran medida de la mano de obra manual y enfrentan mayores costos de logística. A modo de comparación, un camión puede cubrir la ruta Trujillo-Lima en unas 14 horas, mientras que transportar fruta desde el Valle del Cauca hasta un puerto atlántico colombiano puede tomar entre 34 y 36 horas. El sector espera reducir esos tiempos cuando entre en operaciones Puerto Antioquia.
Las diferencias con México son aún más marcadas. El país azteca se mantiene como líder absoluto en el mercado de Estados Unidos, gracias a volúmenes gigantescos, costos logísticos reducidos y un fuerte respaldo en campañas de promoción que le dan competitividad. Esa presencia limita la posibilidad de Colombia de ganar espacio en Norteamérica, a pesar de la cercanía geográfica. Por ahora, cerca del 80% de las exportaciones colombianas de aguacate tienen como destino Europa y solo el 20% va a Estados Unidos, aunque las empresas esperan que en el mediano plazo esa relación se acerque al 50%.
Europa ofrece mejores oportunidades para el aguacate colombiano, aunque persisten desafíos técnicos. Uno de los principales es la estabilidad en los niveles de materia seca exigidos por el mercado, que deben alcanzar al menos 23%. En el inicio de la temporada, lograr ese porcentaje requiere más semanas de lo previsto, lo que hace que se pierdan oportunidades comerciales en momentos de escasez de fruta en el continente. Las compañías aseguran que no cosechan hasta alcanzar los niveles adecuados, conscientes de que de ello depende el éxito del proceso de maduración en destino.
En términos de calidad, Colombia tiene fortalezas que lo diferencian: condiciones naturales favorables, abundante lluvia, menores costos de infraestructura de riego y un sabor que recibe reconocimiento internacional. A su vez, la capacidad de ofrecer programas anuales a las cadenas de supermercados europeos es una ventaja estratégica. Sin embargo, los altos requerimientos de mano de obra elevan los costos y las limitaciones en carreteras dificultan la conexión entre fincas y plantas de empaque.
Perú, por su parte, sobresale por la tecnificación y el uso de grandes extensiones en zonas desérticas, lo que permite un manejo eficiente de recursos y altos niveles de productividad. Su ventana comercial es más acotada, pero logra impactar con grandes volúmenes en pocos meses. Esa diferencia respecto a Colombia genera una complementariedad que empresas con operaciones en ambos países buscan aprovechar para garantizar continuidad en los programas de exportación.
El futuro apunta también a la diversificación. En Colombia, las exportaciones de aguacate se complementan con el ingreso de lima Tahití al portafolio y con el desarrollo de nuevos cultivos. En Perú, el grupo empresarial vinculado a Arba ha avanzado en arándanos, incluso abasteciendo al mercado colombiano. Para este año, la meta de Arba Colombia es cerrar con seis millones de kilos exportados, el doble que en 2024, y con la mirada puesta en ampliar su presencia en China, un mercado en crecimiento que demanda mayores volúmenes. Para conquistar esa plaza, será clave modernizar los empaques y avanzar en automatización, asegurando un manejo adecuado de la fruta y una posición competitiva frente a otros países productores.
La foto del aguacate en 2025 muestra entonces tres modelos que conviven en el mercado global: México domina Estados Unidos con escala, precio y promoción; Perú mantiene su fortaleza en productividad y tecnificación en una ventana acotada; y Colombia apuesta a Europa y Asia con producción continua y fruta diferenciada, aunque con desafíos logísticos y de costos. Esta diversidad de enfoques refleja cómo cada país aprovecha sus ventajas y enfrenta sus limitaciones en un negocio que sigue en expansión y que ya es pieza central de las exportaciones agroalimentarias de América Latina.