Perú

Exportadores peruanos redefinen su estrategia: diversificación de mercados y control de cadmio

El incremento de la producción y la saturación de destinos tradicionales obliga a diversificar la exportación. Asia y Centroamérica aparecen como alternativas, mientras el sector trabaja en controlar los niveles de cadmio en los cultivos.

El auge de la palta y la uva en Perú no se detiene, pero el crecimiento trae consigo desafíos que obligan a repensar la estrategia de expansión. La última campaña cerró con buenos números en volumen, aunque puso en evidencia problemas estructurales: más producción local, mercados tradicionales saturados y mayores exigencias sanitarias.

En el caso de la palta, el aumento de la oferta nacional superó los 300 millones de kilos adicionales, una presión que llevó a los exportadores a afinar sus planes de venta y explorar nuevos destinos. Pese a ese contexto, algunas empresas lograron resultados destacados, con millones de kilos colocados en el exterior y balances positivos.

Exportadores peruanos redefinen su estrategia: diversificación de mercados y control de cadmio

La principal conclusión del sector es clara: Perú necesita diversificar sus ventanas comerciales. Estados Unidos y China continúan como pilares, pero sus espacios se reducen y los márgenes se estrechan. En este escenario, India, Corea del Sur, Japón y Filipinas comienzan a consolidarse como opciones estratégicas dentro de la agenda de expansión.

En paralelo, la uva peruana también busca oxígeno fuera de los grandes compradores históricos. Arequipa se perfila como punto clave gracias a su ventana temprana de cosecha, lo que le permite colocar fruta con menos competencia en semanas críticas. Para esta temporada se prevén más de 150 contenedores, con una parte significativa orientada a Centroamérica, donde Colombia, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá y República Dominicana se consolidan como destinos en crecimiento.

El mercado chino, que hace algunos años parecía inagotable, hoy pierde atractivo ante el aumento de la producción doméstica. En contraste, Centroamérica ofrece una alternativa con menor riesgo y demanda estable, un punto que los exportadores destacan como clave para mantener márgenes positivos.

Más allá de la apertura de mercados, un tema técnico concentra la atención: el control de cadmio en los cultivos. La presencia natural de este metal en algunos suelos peruanos podría convertirse en una barrera de acceso para mercados altamente regulados, especialmente en Europa. Para anticiparse, los exportadores trabajan junto al Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) en la elaboración de un mapa de incidencia de cadmio, que permita identificar áreas críticas y orientar medidas correctivas.

La situación no es sencilla: un mismo árbol puede producir frutos con y sin cadmio, y además se investiga si algunos agroquímicos están influyendo en su concentración. El objetivo es desarrollar protocolos que aseguren fruta libre de restricciones y mantengan abiertos los mercados más rentables.

El panorama competitivo a nivel internacional también empuja a pensar en soluciones conjuntas. La sobreoferta en paltas y uvas ya afecta los precios y los propios exportadores reconocen la necesidad de coordinarse con países vecinos como Chile y Brasil para evitar que los envíos sudamericanos compitan entre sí en los mismos periodos.

El reto de Perú no es producir más, sino colocar mejor su fruta, cuidando calidad, regulaciones y diversificación. La palta y la uva seguirán siendo motores de divisas para el país, pero su futuro dependerá de la capacidad de abrir nuevos horizontes y de responder con agilidad a las crecientes exigencias de los mercados internacionales.

Agrolatam.com
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