Banano justo: productores reclaman precios que aseguren la sostenibilidad del cultivo
El aumento del precio mínimo de Fairtrade busca compensar el alza de costos, el impacto climático y los problemas de seguridad que enfrentan las plantaciones en América Latina y África.
El mercado mundial del banano enfrenta una discusión de fondo: ¿cómo mantener la producción viable ante el aumento de los costos y el impacto del cambio climático?
La organización Fairtrade International anunció recientemente una actualización de los precios mínimos de referencia para el banano, tras constatar un alza generalizada en los costos laborales, logísticos y de insumos agrícolas, además de gastos adicionales en seguridad y medidas ambientales.
"Las plantaciones están teniendo que invertir más en seguridad para evitar contaminaciones con narcóticos y en acciones de adaptación climática", explicó Silvia Campos, asesora sénior de Banano en Fairtrade International. "Si los precios no se ajustan, muchos productores quedarán fuera del negocio", advirtió.
Un cultivo bajo presión
El cambio climático y las alteraciones en los patrones de lluvia y temperatura están golpeando directamente la productividad. En zonas húmedas, donde el banano crece mejor, plagas y enfermedades como la Sigatoka negra se expanden con mayor facilidad, obligando a los productores a aumentar el uso de agroquímicos y a reforzar el manejo sanitario.
"Si no se toman medidas preventivas, los rendimientos caerán y el costo por caja seguirá subiendo", añadió Campos.
El nuevo esquema de precios fue presentado durante la feria Fruit Attraction en Madrid y contempla variaciones según país de origen, ya que los costos de producción y transporte difieren significativamente entre regiones.
"En algunos países, la distancia entre las plantaciones y los puertos encarece el traslado. Por eso pedimos a los productores y exportadores que validen sus datos para calcular el costo real", explicó Campos.
Fairtrade utiliza herramientas propias para determinar los precios mínimos y los costos de referencia en cada país. El cálculo considera salarios, fertilizantes, empaques, transporte y energía, entre otros factores. Además, representantes de las cámaras bananeras locales participan del proceso, que se realiza anualmente desde 2009.
América Latina y África, los más expuestos
Las redes de productores de América Latina, el Caribe y África son las más afectadas por el alza de costos. En la región latinoamericana, la estructura de Fairtrade incluye productores de Ecuador, Colombia, Perú, Panamá, Nicaragua, México y República Dominicana, mientras que en África participan Ghana, Camerún y Costa de Marfil.
Estas redes aportan datos técnicos y económicos, además de coordinar mesas de trabajo entre productores y exportadores para validar los costos de producción y definir estrategias de sostenibilidad.
Los países productores mantienen distintos enfoques: Perú lidera en banano orgánico, mientras Camerún se especializa en la producción convencional. En todos los casos, la presión sobre los márgenes de rentabilidad es creciente.
A pesar del ajuste de precios, Fairtrade no prevé una caída en el consumo. "Las bananas siguen siendo la fruta más accesible y conveniente para los consumidores. Incluso tras el aumento, seguirán siendo el producto más económico en las góndolas", sostuvo Campos.
No obstante, reconoció que algunos consumidores podrían migrar hacia productos no certificados, aunque confía en que los precios del banano convencional también subirán, dado que los costos han aumentado para todos los productores.
El objetivo, según Fairtrade, es establecer un precio de referencia justo para toda la cadena, que permita a los productores -certificados o no- cubrir sus costos y sostener sus inversiones.
Fairtrade reafirma que la viabilidad del cultivo depende de que los precios reflejen los costos reales. "Si los consumidores quieren seguir comiendo banano, las plantaciones deben mantenerse activas y sostenibles", señaló Campos.
Calcular un precio justo para productores de Ecuador, Colombia, Perú o Ghana implica considerar múltiples factores, desde las condiciones laborales hasta la adaptación climática. "Cultivar un banano de alta calidad de forma sostenible requiere esfuerzo, inversión y conocimiento; por eso, el precio justo es la clave para mantener vivas a las plantaciones", concluyó.