Uruguay

Temporada de esquila: claves para una buena cosecha de lana en Uruguay

Con el inicio de la esquila, los productores ovinos enfrentan el desafío de obtener lana limpia, bien acondicionada y rentable. El Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) recuerda los pasos técnicos y sanitarios clave para una cosecha eficiente.

Con el inicio de la esquila invernal, los productores ovinos uruguayos se preparan para uno de los momentos más importantes del calendario rural: la cosecha de lana, que no solo define parte del ingreso anual, sino que también influye en la imagen del país como exportador de lana limpia, ética y trazable.

El Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) difundió una serie de sugerencias técnicas para lograr una esquila eficiente y de calidad. Una de las recomendaciones principales es el baño previo del animal, idealmente realizado con 10 días de anticipación, para eliminar parásitos como piojos o pulgas que podrían afectar el estado del vellón. Además, se recuerda que el ayuno previo al proceso -de entre 10 y 12 horas- ayuda a reducir el estrés del animal, facilita el trabajo de los esquiladores y mejora las condiciones de seguridad.

Una vez realizada la esquila, el paso siguiente -y no menos importante- es el acondicionamiento de la lana. Aquí, la prolijidad en la clasificación, embalaje y rotulado de los fardos tiene un impacto directo en el precio final de venta. Separar correctamente los vellones enteros de otras partes del animal, clasificar por tipo (fina, gruesa, sucia o manchada), y evitar contaminaciones durante el empacado, son prácticas fundamentales para asegurar la calidad del producto. El SUL también recomienda llevar registros productivos, que permiten hacer un seguimiento de la evolución del rodeo y de la calidad de la lana a lo largo del tiempo.

La esquila debe realizarse bajo condiciones estrictas de bienestar animal, con personal capacitado, elementos afilados y espacios adecuados. El uso de cuadrillas registradas asegura el cumplimiento de normativas sanitarias y laborales, al tiempo que protege la salud del animal y de los operarios.

Además, contar con una zona de trabajo limpia, seca, con buena luz y ventilación, y disponer de bolsas rotuladas para distintos tipos de lana, facilita el proceso y reduce errores en el acondicionado. El cuidado del detalle, desde la entrada del animal al galpón hasta la carga final de los fardos, es lo que muchas veces marca la diferencia entre una venta común y una operación exitosa con valor agregado.

Para Uruguay, país con fuerte tradición ovina, la calidad de la lana cosechada es más que una cuestión comercial: es parte de su identidad productiva. El compromiso con una producción responsable, ética y eficiente permite abrir puertas en mercados exigentes y posicionar al país como referente regional.

Agrolatam.com
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