Clima

Calor extremo global: el 78 % de la superficie terrestre rompió récords desde el año 2000

El 78 % de la superficie terrestre batió récords históricos de calor desde 2000. La tierra se calienta más rápido que los océanos, alertan los científicos.

Casi el 78 % de la superficie terrestre ha alcanzado récords históricos de temperatura máxima mensual desde el año 2000, y un 38 % de estos se registraron solo en los últimos cinco años, según un nuevo análisis del climatólogo Zeke Hausfather. El informe confirma una tendencia inequívoca: el calentamiento terrestre avanza a un ritmo alarmante, superando incluso la velocidad del aumento térmico de los océanos.

Calor extremo global: el 78 % de la superficie terrestre rompió récords desde el año 2000

Mientras el hemisferio norte transita su otoño meteorológico, Japón, Canadá y Europa registran temperaturas que hasta hace poco parecían imposibles. En Japón, los 33 °C alcanzados en Hateruma e Ishigaki generaron un récord de casos de insolación. En el este de Canadá, las máximas de octubre rozaron los 32 °C, evidenciando cómo el cambio climático está alterando las estaciones tradicionales.

El porcentaje de la superficie terrestre mundial que está estableciendo nuevos récords históricos de temperatura máxima mensual por década.
El porcentaje de la superficie terrestre mundial que está estableciendo nuevos récords históricos de temperatura máxima mensual por década.


Hausfather explicó que "la tierra -donde vive toda la humanidad- se está calentando aproximadamente un 40 % más rápido que el promedio mundial", y las regiones de latitudes altas son las que experimentan el mayor salto térmico. "Nos centramos mucho en las temperaturas medias globales, pero eso tiende a ocultar los verdaderos impactos locales", advirtió el experto.

El Informe Climático Global de los Centros Nacionales de Información Ambiental (NOAA) respalda estas observaciones: agosto de 2025 fue el tercer mes más cálido jamás registrado. En promedio, la superficie oceánica fue 1,64 °C más cálida que el promedio histórico, pero la superficie terrestre alcanzó una anomalía de 2,54 °C, casi el doble del incremento oceánico. En los primeros ocho meses del año, la temperatura sobre tierra fue 3,2 °C superior a la media, mientras que los océanos registraron un aumento de 1,6 °C, consolidando la evidencia de que el calentamiento global se amplifica sobre los continentes.

Calor extremo global: el 78 % de la superficie terrestre rompió récords desde el año 2000

Este proceso tiene consecuencias profundas para la producción agropecuaria, la seguridad alimentaria mundial y la biodiversidad. Los ciclos de los cultivos se alteran, las sequías se intensifican y los eventos de calor extremo afectan el rendimiento y la salud de los trabajadores rurales, mientras que los suelos pierden humedad y la demanda energética se dispara.

Un estudio conjunto de World Weather Attribution, la Cruz Roja y Climate Central reveló que 4.000 millones de personas experimentaron al menos 30 días de calor extremo entre mayo de 2024 y mayo de 2025, lo que equivale a casi la mitad de la población mundial. Este tipo de calor se define como aquel que supera el 90 % de las temperaturas históricas del período 1991-2020 en cada región. Las olas de calor, cada vez más frecuentes, aumentan la mortalidad, reducen la productividad agrícola y presionan los sistemas energéticos.

En Europa, el calor de 2025 provocó más de 2.300 muertes en ciudades como París, Roma y Atenas, con evidencia directa de que el cambio climático fue el factor determinante. En Estados Unidos, el calor es la principal causa de muerte climática, superando inundaciones, tornados y huracanes combinados, según el Servicio Meteorológico Nacional.

El fenómeno ya afecta la resiliencia de los sistemas agroalimentarios globales. Desde las pérdidas de cosechas en Asia hasta el estrés térmico del ganado en América Latina, pasando por incendios forestales en Canadá, el impacto del calor redefine la agenda agrícola y energética mundial. La FAO y el Banco Mundial advierten que el aumento sostenido de las temperaturas reducirá el rendimiento de cereales básicos como trigo, maíz y arroz, a menos que se intensifique la inversión en agricultura climáticamente inteligente, tecnologías AgTech y financiamiento verde.

La advertencia científica es clara: la crisis climática no se mide solo en grados, sino en vidas, suelos y alimentos. Si la tendencia continúa, la próxima década podría consolidar un nuevo récord global -no de progreso, sino de supervivencia térmica.

Agrolatam.com
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