¿Pueden convivir el cobre y el maíz? Río Blanco propone un pacto entre minería y agricultura en Piura
Francisco Ísmodes, gerente de Río Blanco y exministro de Energía y Minas, plantea una mirada integradora para el desarrollo de Piura: aprovechar el potencial minero sin desplazar la agricultura, sino fortaleciéndola. ¿Es posible este equilibrio?
Francisco Ísmodes, gerente general de Río Blanco Copper y exministro de Energía y Minas, propone una transformación en el enfoque de desarrollo de Piura: que la minería no reemplace a la agricultura, sino que la complemente de forma sostenible.
Según Ísmodes, el verdadero potencial económico de Piura está en la articulación inteligente de sus recursos naturales: una minería que respete los estándares ambientales más exigentes y que contribuya a fortalecer la agricultura, afectada por la crisis climática y la falta de infraestructura hídrica. "No se trata de cambiar la principal actividad económica agrícola de Piura", afirma. "Se trata de que sus recursos minerales, aprovechados de forma sostenible, contribuyan a fortalecerla".
Actualmente, la minería metálica en Piura opera en gran medida en la informalidad, lo que genera altos niveles de inseguridad, contaminación y vulneración de derechos humanos. Frente a ello, Ísmodes propone avanzar hacia un modelo formal de minería sostenible, con dos condiciones fundamentales:
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No generar impactos ambientales fuera del área de operación, y remediar los impactos existentes.
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Aportar beneficios tangibles al territorio y a sus comunidades.
Este modelo formal contrasta con las prácticas extractivas del pasado, que dejaron pasivos ambientales ahora bajo responsabilidad del Estado. Hoy, las empresas deben contar con un plan de cierre de mina respaldado económicamente, garantizando que el área explotada quede en condiciones iguales o mejores a las originales. Además, la fiscalización minera está a cargo del OEFA, que depende del Ministerio del Ambiente y no del de Energía y Minas, lo que refuerza su objetividad.
En cuanto a la pequeña minería, el gerente de Río Blanco enfatiza la urgencia de impulsar su formalización, desvinculándola de la ilegalidad, y articulándola con el respeto al territorio, la vida comunitaria y la cultura local.
El diagnóstico agrícola de Piura también es grave: más de 11 mil hectáreas afectadas por la sequía y pérdidas por S/ 82 millones en los primeros tres meses de la campaña agrícola 2024-2025. La región es una de las más expuestas al cambio climático, con periodos de escasez de lluvias seguidos por temporadas donde millones de metros cúbicos de agua se pierden sin ser retenidos ni aprovechados.
Para Ísmodes, el alto valor actual del cobre y del oro podría financiar el cierre de brechas históricas en infraestructura hídrica, como reservorios, canales o sistemas de retención, que permitirían proteger la seguridad alimentaria y garantizar el futuro agrícola de la región.
Por eso, concluye con un mensaje claro:
"Es prioritario generar espacios donde los ciudadanos puedan ejercer su derecho de informarse de manera objetiva y libre, y conocer cómo el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales minerales puede ser asegurado, y encontrar coincidencias en beneficio de la región".
Este llamado pone en el centro la necesidad de diálogo, transparencia y visión estratégica para repensar el futuro de Piura, donde la convivencia entre minería y agricultura podría dejar de ser una utopía para convertirse en una oportunidad.