Sistemas silvopastoriles en América Latina: una oportunidad frente al cambio climático
La integración de árboles, pasturas y ganado avanza en la región como modelo de producción sostenible. Un nuevo estudio analiza los desafíos y soluciones para ampliar su adopción.
La adopción de sistemas silvopastoriles en América Latina está transformando la forma en que se produce carne, leche y forraje. Estos modelos integran árboles, pasturas y ganado en un mismo espacio productivo, generando beneficios simultáneos para el ambiente y la economía rural. Un reciente estudio de Chamorro-Vargas, Cudney-Valenzuela y Morgan analiza los principales factores que facilitan o frenan su expansión en la región.
Los sistemas silvopastoriles promueven una ganadería más sostenible, al mejorar la biodiversidad, reducir la erosión y aumentar la fertilidad del suelo. Los árboles estabilizan el terreno, brindan sombra al ganado y capturan carbono, mientras las pasturas y los arbustos forrajeros aseguran una alimentación más diversa y de mayor calidad. Este enfoque ecológico permite crear ecosistemas más resilientes ante inundaciones, sequías y temperaturas extremas.
Desde el punto de vista económico, los productores pueden diversificar sus ingresos gracias a la venta de madera, frutos y otros productos forestales, además de los derivados de la ganadería. Esta diversificación reduce los riesgos asociados a la dependencia de un solo rubro y ofrece mayor estabilidad financiera frente a las variaciones del mercado.
El estudio destaca también el papel de los incentivos públicos. Programas gubernamentales, subsidios verdes y créditos blandos son herramientas esenciales para estimular la transición hacia prácticas sostenibles. Sin embargo, advierte que el acceso desigual a financiamiento sigue siendo uno de los principales obstáculos para los pequeños productores.
Entre las barreras más relevantes se identifican la falta de conocimiento técnico y capacitación, la escasez de asistencia profesional en el manejo de árboles y pasturas, y las resistencias culturales de quienes mantienen sistemas ganaderos tradicionales. Según los autores, superar estas limitaciones requiere fortalecer la extensión rural, crear programas de formación continua y difundir casos de éxito locales que sirvan como ejemplo.
El acceso a mercados diferenciados también es un factor clave. Si bien crece la demanda de carne y madera producidas bajo criterios sostenibles, muchos agricultores enfrentan dificultades para vincularse a canales de comercialización confiables. La creación de cooperativas y plataformas regionales podría mejorar la rentabilidad y el poder de negociación de los productores que adoptan estos modelos.
El estudio subraya que las políticas públicas y la investigación científica deben actuar de forma coordinada. Incorporar criterios ambientales en las leyes agrícolas y ofrecer incentivos fiscales o pagos por servicios ecosistémicos puede acelerar la adopción. A su vez, la colaboración entre universidades, gobiernos y comunidades rurales es clave para generar conocimiento aplicado y validar resultados en campo.
En un contexto de cambio climático y presión sobre los recursos naturales, los sistemas silvopastoriles se posicionan como una alternativa viable para aumentar la productividad sin degradar el ambiente. Su implementación masiva podría redefinir el futuro de la ganadería en América Latina, convirtiendo a los productores en gestores del paisaje y del carbono, y garantizando suelos más fértiles, animales más sanos y ecosistemas más equilibrados.

