América Latina

Enfermedades de la soja: cómo proteger el cultivo sin perder rendimiento ni calidad

Especialistas advierten que la antracnosis, la mancha anillada y Cercospora kikuchii son las mayores amenazas y destacan la importancia de la prevención y el uso de variedades resistentes.

El cultivo de soja es altamente vulnerable a diferentes enfermedades que comprometen su desarrollo y reducen tanto el rendimiento como la calidad del grano. Entre las más frecuentes se encuentran la roya asiática (Phakopsora pachyrhizi), la mancha foliar de Septoria (Septoria glycines) y la antracnosis (Colletotrichum spp.). Estos patógenos atacan hojas, tallos y vainas, disminuyendo la capacidad fotosintética de la planta y provocando pérdidas significativas si no se aplican estrategias oportunas de manejo.

El control efectivo requiere un enfoque integral que combine prácticas culturales, rotación de cultivos, selección de variedades resistentes y aplicación responsable de fungicidas. Según el ingeniero agrónomo Juan Pablo Rodríguez, "el monitoreo constante del cultivo permite detectar los primeros síntomas y actuar de manera preventiva, evitando que la enfermedad se propague y genere daños mayores". Implementar un plan sanitario desde las primeras etapas de crecimiento no solo protege el rendimiento, sino que además optimiza el uso de insumos, reduce costos y mejora la rentabilidad del productor.

La antracnosis se ha convertido en la enfermedad de mayor impacto en las últimas campañas. Su incidencia aumentó debido al ascenso de las temperaturas, ya que no requiere de alta humedad para desarrollarse. Este hongo necrotrófico permanece en el rastrojo y bajo condiciones favorables incrementa la presión sobre el cultivo en etapas críticas. Los daños principales incluyen la caída de vainas y trifolios, pérdida de ramas laterales y reducción del área foliar, afectando directamente la fotosíntesis y el llenado de granos. Rodríguez explica que "la antracnosis no solo afecta al rendimiento, sino que también reduce el vigor de la semilla, generando pérdidas económicas adicionales por pérdida de calidad".

Antracnosis en soja

Antracnosis en soja

Las medidas recomendadas incluyen la rotación de cultivos, la eliminación o descomposición del rastrojo, el uso de variedades resistentes o tolerantes y la aplicación preventiva de fungicidas en etapas de floración y formación de vainas. La clave está en actuar antes de que los síntomas se intensifiquen.

La mancha anillada y la Cercospora kikuchii son otras enfermedades a considerar, especialmente en etapas finales del cultivo. Aunque no siempre generan fuertes reducciones en volumen, sí afectan la calidad de la semilla, ya que producen las pintas moradas características que reducen el vigor y la capacidad de germinación. Este deterioro en la calidad impacta directamente en la siembra futura y en la competitividad de los lotes destinados al mercado.

Cercospora kikuchii

Cercospora kikuchii


Para su control, se recomienda monitoreo cercano durante la maduración, selección de semillas libres de mancha para la próxima campaña, aplicación de fungicidas en variedades susceptibles y un buen manejo de riego y densidad de siembra para reducir la humedad en el follaje. Estos cuidados limitan la propagación de los patógenos y ayudan a mantener el potencial del cultivo.

El manejo sanitario de la soja requiere vigilancia permanente, prevención y decisiones oportunas. La identificación temprana de enfermedades como la antracnosis, la mancha anillada y la Cercospora permite reducir pérdidas tanto en rendimiento como en calidad de semilla, asegurando una producción más rentable y sustentable. Con temperaturas en aumento y mayor presión de patógenos, el reto para los productores está en aplicar un manejo integrado que combine control químico responsable, innovación genética y prácticas culturales adecuadas.

Agrolatam.com
Esta nota habla de: