Uruguay

Uruguay apuesta a la carinata: más área sembrada y rinde en alza para la zafra 2025

Con unas 33.000 hectáreas sembradas y un rendimiento esperado de 1.900 kilos por hectárea, la carinata se afianza como cultivo emergente en Uruguay. Productores destacan mejoras genéticas y ciclos más cortos que impulsan su consolidación.

La carinata, un cultivo que apenas lleva once años en la agricultura uruguaya, comienza a consolidarse como alternativa estratégica en la campaña 2025. La superficie sembrada alcanzó las 33.000 hectáreas, lo que representa un crecimiento significativo respecto a años anteriores y marca un nuevo "despegue" para este grano no tradicional.

Por el estado general de las chacras, se espera que el rendimiento promedio se ubique en torno a los 1.900 kilos por hectárea, es decir, entre 200 y 300 kilos más que lo obtenido en la zafra pasada. Este incremento responde a la incorporación de híbridos con ciclos más cortos, que ofrecen mayor estabilidad frente a los riesgos climáticos y permiten programar la cosecha con fechas más previsibles. De hecho, se estima que la recolección comenzará entre el 10 y el 15 de noviembre.

Introducida en Uruguay en 2014, la carinata atravesó un período de adaptación en el que productores y técnicos fueron acumulando experiencia sobre su manejo. Hoy, el cultivo muestra un mejor comportamiento productivo y un creciente interés dentro de los esquemas de rotación, gracias a su capacidad de aportar cobertura de suelos, diversificación y captura de carbono.

El atractivo de la carinata no solo radica en su agronomía. Se trata de un cultivo con fuerte proyección industrial, vinculado a la producción de biocombustibles sostenibles y, en particular, al combustible de aviación renovable (SAF, por sus siglas en inglés). Esto le otorga una ventaja estratégica en un contexto global donde los países buscan reducir emisiones y avanzar hacia cadenas de valor más limpias.

Además, al ser un cultivo de invierno, la carinata no compite con la soja o el maíz, sino que se integra a la rotación agrícola aportando beneficios adicionales. Su incorporación permite mejorar la sustentabilidad de los sistemas y generar ingresos complementarios para los productores.

Con la expansión de la superficie y la mejora de los rendimientos, la carinata comienza a ganar un lugar en el mapa agrícola uruguayo. Si bien todavía enfrenta desafíos relacionados con el acceso a mercados más amplios y la necesidad de continuar desarrollando genética adaptada a la región, los avances de esta campaña refuerzan la idea de que Uruguay puede convertirse en un referente regional en este cultivo emergente.

De cara a los próximos años, las perspectivas son optimistas. El aprendizaje acumulado en poco más de una década y la creciente demanda internacional por materias primas para biocombustibles colocan a la carinata como un cultivo con fuerte potencial de expansión. La zafra 2025 será clave para confirmar su consolidación, con más área, mejores rendimientos y mayor protagonismo dentro de la agenda de la bioeconomía.

Agrolatam.com
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