El debate sobre el impuesto a la riqueza es un capítulo más de la saga interminable que la política escribe mandato tras mandato sin ir a la cuestión de fondo: el control del gasto público.
El propio Ministerio de Agricultura indica que la liquidación de cereales y oleaginosas en su comparativa interanual rubrica una brecha positiva de diez puntos 48% vs. 38% del año anterior.
Preocupa la constante tentación de la política de explicar las dificultades pero eludir la autocrítica a la hora de asumir sus responsabilidades por sus malas decisiones.
Los productores argentinos, en cada uno de los segmentos del campo, viven con angustia la falta de ideas de la política para la producción. Esa carencia, esa ignorancia, es la que paraliza el desarrollo y despegue del sector agropecuario.