Perú

Perú instituye el "Día Nacional del Arroz Peruano" cada 3 de octubre

El Midagri oficializó la fecha para reconocer el rol del arroz en la seguridad alimentaria, el empleo rural y las economías locales, y para impulsar mejoras en la cadena de valor.

El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) estableció, mediante la Resolución Ministerial N.° 0376-2025-MIDAGRI, el 3 de octubre de cada año como el "Día Nacional del Arroz Peruano". La medida busca poner en valor a uno de los cultivos más extendidos del país y, al mismo tiempo, ordenar iniciativas públicas y privadas en torno a su producción, industrialización y consumo. Según el propio sector, el arroz sostiene un entramado económico que genera empleo, activa servicios locales (transporte, acopio, secado, pilado) y asegura un insumo básico de la canasta familiar.

El dispositivo publicado en el diario oficial detalla que, además del reconocimiento simbólico, se dispone la ejecución de actividades sectoriales transversales para optimizar la comercialización, fortalecer la cadena de valor y diversificar el consumo. En términos prácticos, esto implica calendarios de ferias y ruedas de negocio, campañas de educación alimentaria para promover preparaciones variadas con arroz, y un trabajo más coordinado entre productores, industria y Estado para estandarizar calidades, mejorar información de precios y promover la asociatividad de pequeños agricultores.

La institucionalización de la fecha fue impulsada por la Asociación Peruana de Productores de Arroz, que solicitó al Midagri reconocer la relevancia económica, productiva y social del cultivo. A su vez, la Gerencia Regional de Agricultura de Lambayeque pidió la oficialización subrayando que el arroz no solo es fundamental en la mesa peruana, sino un pilar para la seguridad alimentaria y un soporte clave para el ingreso del pequeño productor, especialmente en zonas con vocación arrocera. El Midagri recuerda que, en 2024, el consumo anual alcanzó 65 kg por persona, el más alto de América Latina, lo que confirma la centralidad del cereal en la dieta.

El cultivo se concentra mayoritariamente en la costa norte y la selva, donde convergen infraestructura de riego, servicios de secado y pilado y centros de consumo. La nueva efeméride llega, además, con la intención de ordenar la estacionalidad y mejorar la planificación: al integrar campañas de siembra con acciones de compras públicas, acceso a crédito de campaña, asistencia técnica y certificaciones de calidad, el sector espera reducir costos logísticos, disminuir mermas y elevar la productividad por hectárea. La articulación también debería traducirse en mejores precios en chacra, en un mercado que suele mostrar alta volatilidad entre cosecha y entrezafra.

Otro eje del decreto es la diversificación del consumo. El Midagri plantea impulsar presentaciones y usos que amplíen la demanda -arroces fortificados, mezclas con granos andinos, productos listos para consumir- y, con ello, nuevos nichos para la agroindustria. En paralelo, se promueve una mejor información al consumidor sobre calidades, variedades y origen, con el objetivo de diferenciar y premiar buenas prácticas (uso eficiente del agua, manejo de suelos, trazabilidad), algo que gana peso en compras públicas y en canales modernos.

En el frente productivo, el Día Nacional del Arroz Peruano servirá como ancla anual para evaluar indicadores de rendimiento, costos de producción, adopción de semillas certificadas, mecanización y digitalización de procesos (desde monitoreo de parcelas hasta información de mercados en tiempo real). Para el sector arrocero, disponer de una fecha que convoque a toda la cadena -productores, pilanderos, molinos, transportistas, comercio detallista- ayudará a alinear inversiones, promover innovación y visibilizar brechas pendientes, como la infraestructura de riego y drenaje, la logística de poscosecha y la capacitación en gestión empresarial para organizaciones de base.

El énfasis en articulación público-privada también pretende reducir asimetrías: los pequeños productores suelen enfrentar mayores costos financieros y menor poder de negociación frente a insumos y comercializadores. Un calendario nacional con hitos claros facilitaría programas de compras y acuerdos de abastecimiento más estables, con criterios de calidad homogéneos que permitan acceder a mejores precios. Asimismo, la iniciativa abre espacio para alianzas con universidades y centros de investigación en temas de mejora genética, eficiencia hídrica y valorización de subproductos (salvado, cascarilla) en alimentos balanceados y energía.

Desde el punto de vista territorial, el reconocimiento del 3 de octubre como Día Nacional puede dinamizar turismo gastronómico, ferias regionales y circuitos cortos de comercialización que acerquen al consumidor con el productor. La visibilización de denominaciones locales, prácticas tradicionales y recetas también suma al patrimonio cultural asociado al arroz y fortalece identidad en los valles arroceros. Para los gobiernos regionales y locales, la efeméride funciona como palanca para ordenar inversiones en caminos de acceso, centros de acopio y servicios que reduzcan pérdidas y costos de traslado.

El "Día Nacional del Arroz Peruano" no es solo un gesto simbólico: es una agenda de trabajo que reconoce la escala del consumo, el peso social del cultivo y la necesidad de modernizar una cadena clave para el país. Con 65 kg per cápita como referencia y una demanda interna robusta, el reto es producir más y mejor, con rentabilidad para el agricultor, calidad para la industria y precio justo para el consumidor. La fecha del 3 de octubre queda instalada como oportunidad anual para medir avances, ajustar políticas y proyectar al arroz peruano desde sus territorios hacia un mercado interno más exigente y, cuando corresponda, a oportunidades externas con valor agregado.

Agrolatam.com
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