Colombia celebra un nuevo hito en su historia exportadora: tras intensas gestiones sanitarias y diplomáticas, la carne aviar producida en el país fue autorizada para ingresar al exigente mercado de Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los destinos más regulados del mundo en cuanto a productos cárnicos y de consumo humano.

El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y el Ministerio de Agricultura confirmaron que esta autorización representa un reconocimiento a los altos estándares de bioseguridad, trazabilidad y calidad sanitaria que el sector avícola colombiano ha logrado consolidar en los últimos años.

Este avance no solo marca un precedente en términos de diversificación comercial, sino que también posiciona a Colombia como un proveedor competitivo en un mercado global que valora cada vez más la inocuidad alimentaria, el cumplimiento normativo y la sostenibilidad productiva.

Un mercado con alto valor estratégico

Emiratos Árabes Unidos es considerado un mercado de alto valor agregado por su capacidad de compra, demanda creciente de proteína animal, exigencias halal y preferencia por proveedores con sistemas productivos certificados. La apertura hacia Colombia no es casual: responde a una estrategia bilateral enmarcada en la diplomacia sanitaria y comercial entre ambas naciones.

La industria avícola colombiana, liderada por gremios como Fenavi, ha insistido en la necesidad de buscar nuevos destinos que valoren la calidad del producto nacional y que ofrezcan márgenes atractivos en el comercio exterior. EAU representa, en este sentido, una vitrina estratégica no solo hacia Medio Oriente, sino también hacia África y Asia.

Fortalezas productivas que habilitaron el ingreso

Entre los aspectos técnicos que permitieron esta aprobación, se destacan:

• La certificación del estatus sanitario libre de enfermedades de notificación obligatoria.

  

• Los controles de bioseguridad en granjas y plantas de procesamiento.

• El cumplimiento de los requisitos halal, con procesos que garantizan el respeto a las prácticas religiosas islámicas en el sacrificio y procesamiento de aves.

Asimismo, el modelo de integración de la industria avícola colombiana ha sido clave. En los últimos cinco años, el país ha invertido en tecnologías para el monitoreo sanitario, trazabilidad electrónica y control del uso de antibióticos, factores que han generado confianza en los mercados internacionales.

Desafíos logísticos y comerciales

Pese a este logro, el camino recién comienza. Uno de los principales retos será garantizar la continuidad de los envíos en volúmenes sostenidos, cumpliendo con la demanda de frescura, calidad y certificaciones de destino.

Además, la logística representa un desafío: los tiempos de tránsito hacia Oriente Medio requieren una cadena de frío robusta, eficiente y trazable. La articulación con operadores logísticos y autoridades de exportación será clave para sostener el ritmo comercial.

Por otro lado, la competencia internacional es feroz. Brasil, Turquía y EE.UU. ya tienen fuerte presencia en el mercado emiratí. Sin embargo, Colombia tiene una ventaja: la posibilidad de ofrecer productos diferenciados por frescura, trazabilidad y origen libre de enfermedades.

Proyección del sector avícola colombiano

Este nuevo paso se da en un contexto en el que la producción avícola colombiana ha venido en crecimiento sostenido, con cifras que superan los 1.7 millones de toneladas anuales y con una visión clara de transformación productiva.

Los esfuerzos están ahora enfocados en seguir abriendo mercados como Catar, Kuwait y Arabia Saudita, donde las mismas exigencias aplican pero con mayores oportunidades de expansión.

La carne aviar colombiana ingresa así a un club exclusivo de proveedores confiables, y el desafío será mantenerse, crecer y fortalecer esta relación comercial de largo plazo.