Brasil

China acelera compras de soja ante déficit interno

El país asiático busca entre 13 y 15 millones de toneladas antes de diciembre y vuelve a mirar a Brasil como su principal proveedor.

China, el mayor importador mundial de soja, enfrenta un déficit de producción que lo obliga a salir con fuerza al mercado internacional. Según estimaciones comerciales, el gigante asiático deberá adquirir entre 13 y 15 millones de toneladas de soja antes de finales de diciembre, una cifra que refleja tanto el crecimiento de la demanda interna como la insuficiencia de su propia cosecha.

El panorama se vuelve más complejo a partir de febrero, cuando la baja producción local podría generar mayores tensiones en el abastecimiento. En este contexto, Brasil se perfila nuevamente como el principal origen para cubrir las necesidades del mercado chino, consolidando su rol de socio estratégico en la provisión de granos.

Producción animal en alza y presión sobre el mercado

Uno de los factores que impulsan la urgencia de compra es el aumento en la producción de alimento para animales, que entre enero y junio creció un 10 % respecto al año pasado, superando ya el récord de 2023. Este crecimiento refleja la fuerte recuperación del sector porcino y avícola en China, altamente dependiente de la harina de soja como insumo proteico.

El dinamismo del consumo interno, sin embargo, choca con una producción nacional de soja insuficiente, lo que refuerza la dependencia del mercado externo. Para los importadores, el desafío será encontrar volúmenes competitivos en un contexto global de precios volátiles, costos logísticos en aumento y expectativas climáticas que todavía generan incertidumbre sobre las cosechas sudamericanas.

Brasil, socio estratégico y competencia en el mercado global

La mirada está puesta en Brasil, el mayor exportador mundial de soja, que se prepara para una nueva cosecha récord. El país sudamericano concentra no solo la capacidad productiva, sino también la infraestructura logística que permite responder rápidamente a las necesidades chinas.

El estrechamiento de vínculos comerciales entre ambos países ha convertido a Brasil en un pilar de la seguridad alimentaria china. Sin embargo, la competencia no se limita a Sudamérica: Estados Unidos y Argentina también buscan posicionarse en la venta de soja y subproductos, aunque el timing de sus cosechas y factores políticos pueden condicionar el flujo de negocios.

De acuerdo con operadores, la presión de compra de China podría sostener los precios internacionales hacia finales de 2025, pero también abre espacio a negociaciones más agresivas, ya que los compradores intentarán aprovechar cualquier corrección bajista para asegurar contratos de largo plazo.

Implicancias para América Latina

Para la región, el nuevo ciclo de compras chinas significa oportunidades y desafíos. En Brasil, la expectativa es que el flujo comercial consolide ingresos de divisas y reafirme su posición en el mercado global. En Argentina, pese a su menor peso en exportaciones de soja por grano, la industria aceitera encuentra una ventana para colocar harina y aceite de soja, productos que también son demandados por el mercado asiático.

Otros países productores, como Paraguay y Uruguay, observan con interés la coyuntura, ya que el apetito chino puede traducirse en mayor diversificación de destinos y precios más atractivos en un escenario de competencia global.

La necesidad de China de comprar millones de toneladas de soja en los próximos meses no solo reconfigura el mercado internacional de granos, sino que también reafirma el rol de América Latina como proveedor estratégico de alimentos en un mundo cada vez más interdependiente.

Agrolatam.com
Esta nota habla de: