Brasil

Productores brasileños de mango paralizan exportaciones tras arancel del 50% de EE.UU.

Una tarifa arancelaria del 50% aplicada por Estados Unidos ha detenido los envíos de mango del Valle del São Francisco, poniendo en riesgo más deUS$50millones en negocio y generando impacto inmediato en la economía agrícola brasileña.

Una medida inesperada que congela los envíos

En una decisión que tomó por sorpresa al sector frutícola brasileño, Estados Unidos impuso un arancel del 50% a las importaciones de mango procedentes de Brasil, medida que ya tuvo su primer efecto directo: la suspensión inmediata de las exportaciones por parte de los productores del Valle del São Francisco, principal polo exportador de la fruta en el país.

Esta región, ubicada entre los estados de Bahía y Pernambuco, concentra buena parte de la producción nacional de mango destinada al mercado internacional, particularmente a Estados Unidos, que actúa como su principal cliente durante la entresafra mexicana. El impacto de esta medida se anticipa como uno de los más duros para la fruticultura del noreste brasileño en los últimos años.

El mango brasileño y su momento clave

Entre agosto y noviembre, Brasil lidera las exportaciones de mango fresco a EE.UU., aprovechando el descenso de oferta mexicana. Durante ese período, se esperaba colocar en el mercado norteamericano alrededor de 48 mil toneladas, lo que representaba más de 54 millones de dólares en facturación prevista para 2025.

En 2024, las exportaciones brasileñas alcanzaron las 36 mil toneladas, con ingresos cercanos a los 45,8 millones de dólares. La expectativa para este año era superar ese volumen gracias a una mayor producción, mejores calibres y contratos ya asegurados. Sin embargo, con el nuevo arancel, cerca del 70% del volumen programado no podrá ser embarcado, ya que los costos logísticos y comerciales resultan inviables bajo esa carga tributaria.

Un golpe directo a los productores

Los productores y exportadores sostienen que la medida pone en riesgo toda la cadena productiva vinculada al mango: desde pequeños agricultores y trabajadores rurales hasta empacadoras, transportistas y operadores logísticos. La Asociación Brasileña de Productores y Exportadores de Frutas (Abrafrutas) manifestó su preocupación ante lo que consideran una decisión unilateral y perjudicial, y reclamó un canal de diálogo con las autoridades estadounidenses para revertir la situación.

Empresas que ya tenían contratos firmados en EE.UU. se ven ahora forzadas a renegociar o cancelar operaciones, acumulando pérdidas millonarias y dejando fruta en campo o en cámaras frigoríficas sin destino definido.

Consecuencias en cadena: sobreoferta y caída de precios

La suspensión de exportaciones no solo significa dejar de vender, sino también reorientar el volumen excedente hacia mercados alternativos, como Europa o el propio mercado interno. Sin embargo, estos destinos no tienen capacidad inmediata para absorber el volumen desplazado, lo que podría provocar una caída en los precios internacionales y una sobreoferta temporal que afecte también a otros exportadores latinoamericanos.

Además, muchos mercados exigen certificaciones, logística especializada y acuerdos previos que no pueden implementarse en pocas semanas. Por eso, el impacto no es solo comercial, sino estructural, y deja a los productores sin opciones rápidas de reacción.

El riesgo de un efecto dominó

La decisión del gobierno de Estados Unidos forma parte de una política más amplia de revisión de acuerdos comerciales y aumento de aranceles, especialmente en sectores agrícolas donde considera que hay desventajas para sus productores locales. En este contexto, otros rubros de la agroexportación brasileña temen ser alcanzados por medidas similares, como el melón, la uva y el limón, que también tienen a EE.UU. entre sus principales mercados.

Esta situación evidencia la vulnerabilidad de los modelos exportadores altamente concentrados, donde la dependencia de un solo comprador puede representar una amenaza existencial para regiones enteras.

Un pedido urgente de negociación

Desde el sector frutícola se insiste en la necesidad de abrir canales diplomáticos que permitan restablecer el flujo comercial. Las autoridades agrícolas brasileñas evalúan iniciar gestiones con el gobierno estadounidense para revisar la tarifa, aunque hasta ahora no se ha anunciado una mesa de negociación formal.

Los productores también presionan al gobierno federal para que implemente medidas de contingencia, como líneas de crédito, compras públicas o subsidios al transporte, a fin de contener el daño económico inmediato.

La imposición de un arancel del 50% al mango brasileño por parte de Estados Unidos ha generado una crisis comercial inesperada en plena temporada alta, con exportaciones paralizadas, contratos caídos y millones de dólares en riesgo. La falta de alternativas inmediatas para redirigir la fruta agrava la situación, mientras el sector reclama diálogo y soluciones urgentes para evitar un colapso en una de las economías agrícolas más dinámicas del noreste brasileño.

Agrolatam.com
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