Bolivia

Bolivia entre la importación de gas y las promesas de un nuevo megacampo

Expertos advierten que el país podría dejar de exportar e incluso importar gas natural y GLP por la falta de inversión en exploración, mientras el Gobierno destaca el hallazgo del campo Mayaya.

Bolivia atraviesa un momento decisivo en su historia energética. Tras décadas de ser un exportador neto de gas natural, las reservas y la producción han caído hasta el punto de que especialistas anticipan que el país podría verse obligado a importar para abastecer el mercado interno.

El consultor en energía Álvaro Ríos advirtió que la reducción en la exploración de nuevos yacimientos está llevando a Bolivia a una situación crítica. "Hoy las plantas separadoras de líquidos operan a menos del 50% de su capacidad por falta de materia prima, lo que también abre la posibilidad de tener que importar Gas Licuado de Petróleo (GLP)", señaló.

En la misma línea, el analista de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, sostuvo que es imprescindible avanzar en una nueva Ley de Hidrocarburos que actualice el marco regulatorio y atraiga inversiones, ya que sin reglas claras difícilmente el país podrá revertir la caída en la producción.

Entre la crisis de producción y el optimismo oficial

El contraste entre el diagnóstico de los expertos y el discurso gubernamental es notorio. Mientras los analistas alertan sobre el inminente déficit energético, el presidente Luis Arce insiste en que su administración ha sentado las bases para una recuperación del sector.

Durante un acto en Charagua, Santa Cruz, Arce aseguró que el próximo gobierno "cosechará los frutos" de la exploración iniciada bajo su gestión. "Nuestro gobierno ha trabajado, ha puesto la semilla y ustedes van a cosechar, a partir del 2026-2027, los frutos de nuestro trabajo, por el pueblo boliviano", expresó.

El mandatario se apoya en los anuncios recientes de la Agencia Boliviana de Información (ABI), que destacó el descubrimiento del megacampo Mayaya X-1, ubicado en el norte de La Paz. Este hallazgo fue catalogado por S&P Global Commodity Insights como uno de los 10 descubrimientos de hidrocarburos más importantes del mundo en 2024.

No obstante, especialistas como Ríos ponen en duda la magnitud del potencial de Mayaya y advierten que aún se requiere confirmar reservas y realizar inversiones significativas para que pueda convertirse en un pilar de la matriz energética.

Desafíos inmediatos

La situación del sector energético boliviano plantea varios desafíos inmediatos:

  • Garantizar el abastecimiento interno en un escenario de declinación de campos maduros y reducción de exportaciones a Brasil y Argentina.

  • Definir un nuevo marco legal que dé certezas a los inversores, modernice la regulación y promueva la exploración de nuevas áreas.

  • Diversificar fuentes de energía para reducir la dependencia de los hidrocarburos, en línea con las tendencias regionales hacia una transición energética gradual.

Mientras tanto, la producción de gas natural continúa a la baja, y la posibilidad de importar tanto gas como GLP se convierte en una realidad cada vez más cercana. Para los críticos, el tiempo de promesas ya terminó y urge tomar decisiones estructurales. Para el Gobierno, en cambio, el horizonte de 2026-2027 marcará el inicio de una nueva etapa con el aprovechamiento del megacampo Mayaya.

Lo cierto es que Bolivia se encuentra en una encrucijada energética: entre el riesgo inmediato de perder su autosuficiencia y la esperanza de un futuro sostenido en descubrimientos que todavía deben demostrar su verdadero potencial.

Agrolatam.com
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