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Brasil prepara su café para conquistar Europa: sostenibilidad al frente del negocio

Con la inminente entrada en vigor de la normativa europea EUDR, la caficultura brasileña redobla esfuerzos para presentarse como referente mundial en sostenibilidad, adaptando prácticas y certificaciones para garantizar el acceso a mercados premium.

La caficultura brasileña se prepara para dar un paso decisivo en sostenibilidad, motivada por la inminente entrada en vigor del Reglamento Europeo de Deforestación (EUDR, por sus siglas en inglés), que exigirá trazabilidad y ausencia de deforestación en las cadenas productivas que abastecen al mercado europeo.

Brasil, principal productor y exportador mundial de café, ve en esta regulación una oportunidad para fortalecer su imagen como proveedor confiable y ambientalmente responsable, a la vez que busca mantener y expandir su cuota en mercados de alto valor.

De acuerdo con representantes del sector, la estrategia contempla certificaciones ambientales, programas de trazabilidad, mapeo georreferenciado y buenas prácticas agrícolas que garanticen el cumplimiento de los estándares que la Unión Europea empezará a exigir formalmente a partir de 2025.

La magnitud del desafío es significativa: más de 300.000 productores y una vasta superficie cafetera deberán alinearse con los criterios de la EUDR para no perder competitividad. Por eso, gremios, cooperativas y empresas privadas impulsan acciones conjuntas para apoyar la adaptación, con énfasis en la capacitación y la tecnología.

Especialistas subrayan que la sostenibilidad será clave no solo para sortear barreras comerciales, sino también para acceder a mercados premium dispuestos a pagar mejores precios por un café que demuestre su origen responsable y sostenible.

Además, la iniciativa abre puertas para reforzar alianzas con compradores europeos y proyectar la imagen del café brasileño como sinónimo de calidad y compromiso ambiental. Se prevé que la implementación de la EUDR traerá consigo mayores exigencias en auditorías, documentación y controles de campo, lo que representa un reto logístico y económico para el pequeño productor, que necesitará apoyo técnico y financiero.

Brasil cuenta con experiencia previa en certificaciones de sostenibilidad, como los sellos Rainforest Alliance o Fair Trade, que servirán como base para ampliar las prácticas sostenibles a todo el sector cafetalero. Sin embargo, la EUDR marca un nuevo estándar que va más allá, exigiendo pruebas fehacientes de que el café no proviene de áreas deforestadas.

Organizaciones productoras y exportadoras ya se están movilizando para adecuar procesos, incorporar tecnologías de monitoreo satelital y fortalecer cadenas de valor trazables desde la finca hasta el consumidor europeo.

El reto es enorme, pero también lo es la oportunidad de liderazgo, ya que otros países competidores podrían enfrentar mayores dificultades para cumplir la normativa, dándole a Brasil una ventaja estratégica en los próximos años.

Mientras tanto, se intensifican los talleres, capacitaciones y reuniones sectoriales para asegurar que tanto grandes exportadores como pequeños productores puedan sumarse a la transformación verde que demanda el mercado internacional.

El café brasileño, ícono de identidad nacional, se encuentra ante un punto de inflexión: convertirse en un emblema mundial de sostenibilidad y mantener su reinado global, o quedarse rezagado ante las nuevas reglas de juego que priorizan la protección del medioambiente.

Agrolatam.com
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