Brasil

Brasil busca calmar la crisis arancelaria, pero productores de miel temen no sobrevivir sin el mercado de EE.UU.

El Gobierno confía en que los acuerdos recientes y la diversificación de destinos suavicen el impacto del arancel del 50 % impuesto por Washington. Sin embargo, en el sector apícola advierten que los fuertes descuentos para retener clientes podrían llevar a la quiebra a muchos productores.

El Gobierno federal de Brasil prevé anunciar la próxima semana un paquete de medidas para apoyar a los sectores más golpeados por el arancel del 50 % aplicado por Estados Unidos sobre varios productos agroexportables. Pese a las críticas por la demora en presentar un plan de contingencia, fuentes oficiales sostienen que la crisis comienza a moderarse gracias a acuerdos puntuales alcanzados entre empresarios brasileños y compradores estadounidenses.

Entre los casos que se exponen como ejemplo de esta "acomodación" se encuentra el de la miel. De acuerdo con la información recibida por los ministerios, algunos importadores de EE.UU. han decidido asumir el impuesto para cumplir contratos vigentes, mientras que los exportadores nacionales están ajustando estrategias para evitar la pérdida de mercados. También se han logrado redireccionar cargamentos de uvas que ya no podrán ingresar al país norteamericano.

"Lo que se suponía que sería una crisis ya no lo es", resumió una fuente gubernamental. No obstante, los técnicos del Ejecutivo mantienen su atención sobre otros productos como pescado, mango y frutos secos, que podrían ser incorporados a programas de compras gubernamentales o beneficiarse de líneas de crédito especiales. Además, sigue en pie la expectativa de que el café brasileño obtenga una exención del arancel.

Precios en caída y riesgo de quiebra

En el sector apícola, la cautela es mayor. Renato Azevedo, presidente de la Asociación Brasileña de Exportadores de Miel (Abemel), aseguró que si bien no se han cancelado contratos, sí se están renegociando precios y plazos de entrega. Con el objetivo de retener clientes y mantener el flujo comercial hasta que la situación se normalice, los empresarios están ofreciendo descuentos de hasta un 30 % a los importadores estadounidenses.

Sin embargo, esta medida abre un frente de preocupación. "Ese descuento afectará gravemente el negocio. Mucha gente podría arruinarse con una reducción así. Aplicarlo podría hacer inviable nuestra actividad apícola", advirtió Azevedo.

La situación es particularmente delicada porque el precio de la miel brasileña ya era, antes del arancel, aproximadamente un 30 % más alto que el de competidores como Argentina, debido a que gran parte de la producción nacional es orgánica. Con el impuesto adicional, esta diferencia podría casi duplicarse, encareciendo el producto y reduciendo su competitividad en el mercado estadounidense.

Para mitigar los efectos, algunos exportadores adelantaron envíos antes de la entrada en vigor de la medida, asegurando que los contenedores llegaran a EE.UU. sin el recargo. Aun así, el escenario sigue siendo incierto: los importadores están presionando a la baja los precios y postergando nuevos pedidos, lo que añade tensión a las cadenas de suministro.

El desafío del Gobierno será ahora equilibrar las acciones de emergencia con políticas que fortalezcan la competitividad de las exportaciones a largo plazo. Mientras tanto, los productores de miel, mango, uvas y otros bienes afectados se mantienen en una delgada línea entre sostener sus compromisos internacionales y evitar que la crisis arancelaria se traduzca en una ola de cierres y pérdidas irreparables en el campo brasileño.

Agrolatam.com
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