Brasil busca ampliar mercado cárnico en Japón en medio de tensiones con EE.UU.
Tras las sanciones arancelarias impuestas por Estados Unidos, el gobierno brasileño intensifica sus gestiones para lograr la apertura del mercado japonés a la carne bovina, en un escenario donde la región sur del país lleva la delantera y los grandes estados ganaderos quedan rezagados.
Con una posible pérdida de ingresos por US$1.000 millones debido a los nuevos aranceles estadounidenses, Brasil redobla su apuesta por diversificar destinos para su carne bovina. Entre ellos, Japón aparece como un mercado clave: importa anualmente unas 700.000 toneladas de carne, con exigencias sanitarias rigurosas. Sin embargo, Tokio ha advertido que solo tres estados del sur brasileño -Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul- serían habilitados en una primera etapa, al contar con el estatus de libres de fiebre aftosa sin vacunación antes de 2025, según lo exige la normativa asiática.
Este límite geográfico preocupa al sector ganadero, ya que los grandes exportadores -como São Paulo, Mato Grosso, Goiás, Mato Grosso do Sul y Pará- quedarían fuera. Solo en 2024, estos cinco estados representaron más del 85% de las exportaciones totales de carne bovina brasileña, según datos de Agrostat.
La Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carne (Abiec) y la Asociación Brasileña de Frigoríficos (Abrafrigo) solicitaron al gobierno federal que las negociaciones prioricen una habilitación nacional y no se limiten a una autorización parcial. Aunque algunos empresarios defienden un enfoque de "todo o nada", desde el Ministerio de Agricultura aclaran que la decisión final corresponde a las autoridades japonesas, y no se descarta aceptar una apertura progresiva.
Auditoría técnica y presión diplomática
La estrategia brasileña incluye una misión oficial del Ministerio de Agricultura a Japón prevista para la próxima semana, que buscará acelerar las negociaciones antes de la visita del primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, a Brasil en noviembre. La expectativa es que ese encuentro diplomático pueda destrabar la aprobación.
Como parte del proceso, técnicos japoneses auditaron en junio el sistema de inspección sanitaria brasileño, aunque solo en los tres estados del sur, que habían entregado previamente la documentación requerida. Acre y Rondônia, también con estatus sanitario favorable, presentaron sus informes después del plazo y podrían ser considerados en una segunda fase.
El Secretario de Comercio y Relaciones Internacionales del Ministerio, Luis Rua, indicó que, si bien el pedido oficial es la habilitación total, actualmente solo el "Bloque 1" -Rio Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, Acre y Rondônia- cumple con todos los requisitos documentales exigidos por Japón.
Un mercado estratégico en disputa
Para Brasil, avanzar en la apertura del mercado japonés es prioritario, no solo por el potencial económico, sino también como respuesta directa a las tensiones comerciales con Estados Unidos, donde las tarifas impuestas por el gobierno de Donald Trump podrían debilitar las ventas externas de productos agropecuarios.
En este nuevo escenario geopolítico, Asia se consolida como un destino estratégico para la carne brasileña, pero el desafío radica en que la mayoría de las plantas frigoríficas que lideran las exportaciones no están en los estados actualmente habilitados.
El gobierno y la industria coinciden en que la apertura parcial sería un avance, pero insuficiente, por lo que las gestiones diplomáticas y técnicas continuarán en los próximos meses para incluir al resto del país. Una segunda auditoría japonesa podría ser necesaria para verificar la situación sanitaria y documental de otros estados.