Brasil abre mercado en Japón para exportación de grasas animales y refuerza su liderazgo agroindustrial
El acuerdo permitirá exportar grasas de ave, cerdo y vacuno para alimentos balanceados, ampliando la presencia de Brasil en uno de los mercados más exigentes y estratégicos del mundo.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil anunció este 2 de septiembre la conclusión de las negociaciones con Japón para habilitar la exportación de grasas animales derivadas de ave, cerdo y bovino. Estos productos son utilizados principalmente en la producción de alimentos balanceados para animales, un segmento de creciente demanda en Asia.
Según la cartera, el acuerdo representa un avance clave en la apertura de mercados y refuerza el posicionamiento de Brasil como proveedor confiable en cadenas de suministro altamente reguladas. Japón, con 125 millones de habitantes, es considerado uno de los destinos más exigentes en materia de inocuidad, calidad y trazabilidad sanitaria.
El mercado japonés es ya uno de los principales destinos para el agro brasileño. En 2024, las exportaciones agrícolas a Japón alcanzaron US$ 3.300 millones, y entre enero y julio de 2025 sumaron US$ 1.800 millones. Los embarques se concentran en soja, maíz y carnes, pero con este nuevo acuerdo se amplía la canasta de productos hacia insumos de valor agregado.
Con esta habilitación, Brasil diversifica su portafolio exportador, ingresando a un segmento que conecta la producción pecuaria con la industria de alimentos para mascotas, un rubro con alto crecimiento global.
Estrategia de expansión
Desde el inicio del actual gobierno, Brasil ha abierto 422 nuevos mercados para productos agropecuarios, consolidando una estrategia agresiva de inserción internacional. Este logro con Japón se suma a acuerdos recientes con países de Asia, Oriente Medio y África, reforzando la capacidad del país de colocar excedentes productivos y ampliar su influencia en el comercio global de alimentos.
El acuerdo con Japón también tiene implicancias en la competencia regional. Países como Argentina y Paraguay buscan aumentar su presencia en Asia con carne y granos, pero Brasil avanza con mayor rapidez en diversificación de destinos. Para el sector privado, este tipo de acuerdos generan ventajas comparativas difíciles de igualar, especialmente en mercados que privilegian la seguridad sanitaria y la constancia en la oferta.
En paralelo, el gobierno brasileño mantiene negociaciones para ampliar el acceso de carne bovina y porcina a otros países asiáticos, incluyendo Corea del Sur y Filipinas, lo que confirma la proyección estratégica del país hacia el continente con mayor crecimiento en consumo de proteína animal.