Brasil marca un julio histórico en exportaciones agroindustriales y fortalece ventas a EE.UU. pese a tensiones arancelarias
Con más de US$15.600 millones exportados, Brasil registró en julio el mayor valor de su historia en comercio agroindustrial, con la soja, la carne vacuna y el café verde como protagonistas
Brasil cerró julio con un desempeño histórico en su comercio agroindustrial, alcanzando US$15.600 millones en exportaciones, la cifra más alta registrada para ese mes desde que existen datos oficiales. El informe, difundido por el Ministerio de Agricultura, señala que el incremento interanual del 1,5% responde tanto a mayores volúmenes enviados como a la mejora de precios internacionales en algunos rubros, a pesar de que otros productos enfrentaron caídas en las cotizaciones.
La soja volvió a ser el motor del comercio exterior brasileño. Generó US$5.000 millones en ingresos, un 1,2% más que en julio de 2024, gracias a la exportación de 12,3 millones de toneladas (+9%). Sin embargo, el valor promedio por tonelada bajó de US$441 a US$410, moderando el aumento de la facturación total. El grano, además de consolidar a Brasil como líder mundial en el sector, mantiene su papel central en la balanza comercial y en la generación de divisas.
Entre los productos que marcaron la diferencia este año figura la carne vacuna, que registró un salto del 46,9% en valor, con ventas por US$1.540 millones y un récord de 276.900 toneladas exportadas (+16,7%). Este resultado estuvo fuertemente apalancado por la demanda de China, que sigue siendo el principal comprador de la proteína brasileña. La consolidación de ese mercado ha permitido a Brasil sostener un ritmo de crecimiento sostenido, incluso en un contexto de incertidumbre comercial con otros destinos.
El café verde fue otro protagonista, superando por primera vez los US$1.000 millones en exportaciones durante un solo mes. El aumento del 25,4% en facturación respecto a julio de 2024 se debió principalmente a la suba de precios en el mercado internacional, ya que el volumen enviado cayó un 20,4% hasta las 161.100 toneladas. Este desempeño confirma la capacidad del sector cafetero brasileño para capitalizar momentos favorables de cotización, aun con menores niveles de producción o envíos.
Uno de los datos más llamativos del informe oficial fue el crecimiento del comercio con Estados Unidos, tercer socio comercial de Brasil en el agro. En julio, las ventas a ese mercado alcanzaron US$1.060 millones, equivalentes al 6,8% del total exportado. Lo relevante es que este incremento del 13,9% interanual se produjo pese al anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de aplicar un arancel del 50% a diversos productos brasileños. En el caso del café verde, principal bien agroindustrial vendido a EE.UU., el valor exportado creció un 5%, aunque el volumen cayó un 31,7%, compensado por la mejora en los precios internacionales.
El informe también muestra que las importaciones agroindustriales de Brasil aumentaron un 3,8% interanual, pasando de US$1.700 millones en julio de 2024 a US$1.800 millones en julio de 2025. El impulso provino principalmente de la compra de fertilizantes, que sumaron US$1.700 millones (+21,8%), y de pesticidas, que alcanzaron US$694,8 millones (+36,1%). Estas cifras reflejan no solo la dependencia de insumos estratégicos para la producción, sino también el impacto que puede tener en los costos internos de los productores.
El récord exportador de julio se da en un contexto de desafíos para el comercio mundial, marcado por tensiones geopolíticas y medidas proteccionistas. Sin embargo, Brasil ha logrado combinar la diversificación de mercados con un posicionamiento competitivo en sus principales cadenas productivas. La solidez de su agroindustria, sustentada en altos niveles de productividad, una estructura logística en expansión y una fuerte presencia en mercados asiáticos y americanos, le permite afrontar con mayor resiliencia eventuales restricciones comerciales.
En este escenario, la estrategia brasileña parece apuntar a reforzar lazos con socios consolidados como China, ampliar su penetración en el sudeste asiático y, al mismo tiempo, mantener presencia en Norteamérica, incluso bajo condiciones menos favorables. La evolución de las negociaciones comerciales con Estados Unidos y el comportamiento de la demanda global de commodities agrícolas serán factores determinantes para sostener este ritmo en los próximos meses.