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Brasil confía en cerrar acuerdo comercial entre Mercosur y Emiratos Árabes antes de fin de 2025

El canciller Mauro Vieira adelantó que el bloque sudamericano busca acelerar pactos con Emiratos y otros mercados estratégicos como Canadá, Japón e India, en un escenario global marcado por nuevas tensiones comerciales.

Brasil proyecta que el Mercosur concrete un acuerdo comercial con Emiratos Árabes Unidos (EAU) antes de que finalice 2025, según adelantó el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, durante un acto oficial en Río de Janeiro. El anuncio refuerza la estrategia de internacionalización del bloque sudamericano en un contexto en el que las cadenas globales de valor se están redefiniendo y la competencia por nuevos mercados se intensifica.

El canciller remarcó que el Mercosur, conformado actualmente por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, con Bolivia en proceso de adhesión plena, no se limita a su relación con la Unión Europea, sino que amplía su horizonte de alianzas hacia Medio Oriente y Asia. En esa línea, mencionó la expectativa de que también se avancen negociaciones con Canadá, Japón, India, Vietnam e Indonesia, cinco economías con fuerte dinamismo en inversión y comercio exterior.

Las conversaciones con los Emiratos comenzaron en 2024 y se enfocan principalmente en la reducción de aranceles, la eliminación de barreras aduaneras y la facilitación de inversiones y servicios. Para Brasil, este acuerdo representa un puente hacia Medio Oriente y Asia, mercados donde la demanda de alimentos, energía y servicios logísticos viene creciendo sostenidamente.

"El Mercosur muestra determinación en tender puentes con el mundo", aseguró Vieira, al destacar que la región necesita diversificar sus destinos de exportación y no depender de un número reducido de socios. Para los países del bloque, esto también supone una oportunidad de atraer capitales en sectores estratégicos como energía, agroindustria, infraestructura y tecnología.

El anuncio fue realizado en paralelo a la firma de un acuerdo entre el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Este pacto busca establecer un área de libre comercio con un PIB combinado de más de 4,3 billones de dólares y casi 300 millones de habitantes, lo que refuerza la apuesta sudamericana por consolidar vínculos con Europa más allá de la Unión Europea.

Vieira señaló que el entendimiento con EFTA servirá para fortalecer la integración económica entre Sudamérica y Europa, y al mismo tiempo generar "sinergias" con el acuerdo pendiente entre Mercosur y la UE. El tratado con Bruselas fue acordado en principio en diciembre, pero enfrenta obstáculos políticos y sociales en algunos países europeos, principalmente en Francia, Italia y Polonia, donde agricultores y gremios rurales expresaron temores sobre una eventual pérdida de competitividad frente a las exportaciones sudamericanas.

A pesar de estas resistencias, Brasil mantiene la expectativa de que el acuerdo Mercosur-UE pueda cerrarse también antes de fin de año, consolidando un calendario de avances comerciales que, de concretarse, marcaría un hito en la historia del bloque. De esa manera, en menos de doce meses, el Mercosur podría sumar tres acuerdos estratégicos: con EFTA, con la Unión Europea y con Emiratos Árabes Unidos, además de abrir negociaciones con nuevos socios.

La estrategia de diversificación comercial del Mercosur responde, en gran medida, a los cambios recientes en la política arancelaria internacional, impulsados tras la aplicación de tarifas por parte del expresidente estadounidense Donald Trump y la posterior redefinición de alianzas en Asia y Medio Oriente. En este escenario, Sudamérica busca evitar quedar rezagada y fortalecer su posición como proveedor confiable de alimentos, energía y materias primas, además de posicionarse en cadenas globales de valor más sofisticadas.

Para Brasil, que ejerce un rol de liderazgo dentro del bloque, este tipo de acuerdos también es una herramienta para consolidar su proyección internacional como actor clave en la geopolítica del comercio, ampliando el margen de negociación frente a socios tradicionales como Estados Unidos y la Unión Europea.

En paralelo, los países miembros ven en esta apertura la posibilidad de generar mayor competitividad para sus economías y expandir las oportunidades de inversión extranjera directa, con un impacto directo en sectores como la agroindustria, la industria automotriz, la energía renovable y la minería.

Si las expectativas se cumplen, el Mercosur cerrará 2025 con un paquete de acuerdos que le permitiría diversificar su cartera de socios y consolidar su presencia en mercados emergentes, garantizando nuevas oportunidades para productores, exportadores e inversores. El desafío estará en la implementación, la adaptación a los estándares internacionales y la capacidad de equilibrar los intereses internos de cada país miembro con las exigencias de los nuevos socios comerciales.

Agrolatam.com
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