Escasez global impulsa el precio del café arábica a su mayor nivel en más de una década
El contrato más activo de arábica subió 2,1% en Nueva York, hasta US$3,930 la libra, impulsado por la preocupación por la baja producción en Brasil y un mercado global en déficit consecutivo.
El mercado mundial del café volvió a encender las alarmas. La prima del café arábica sobre el robusta alcanzó niveles no vistos desde 2011, impulsada por la preocupación de que el mundo enfrente una escasez de granos de alta calidad en los próximos meses.
En la Bolsa de Nueva York, el contrato más activo de arábica subió hasta un 2,1%, situándose en US$3,930 la libra, su nivel más alto desde el pasado 7 de mayo. Este repunte refleja el nerviosismo del mercado ante los recortes en las estimaciones de la cosecha brasileña, el mayor productor global.
El arábica, variedad preferida por grandes cadenas internacionales y cafeterías especializadas, se ha convertido en el centro de atención tras los rendimientos decepcionantes reportados en el cierre de la cosecha brasileña. Los analistas advierten que el momento no podría ser más delicado, ya que el mercado viene de enfrentar varios años consecutivos de déficit global.
Un operador con base en Londres destacó que la combinación de producción más baja en Brasil y un mercado ya ajustado prolonga la volatilidad y mantiene la presión alcista en los precios internacionales. La situación actual pone de manifiesto la fragilidad del equilibrio entre oferta y demanda, especialmente en un producto que es consumido diariamente por millones de personas en el mundo.
La coyuntura se ve además influida por factores políticos y comerciales. La incertidumbre arancelaria en Estados Unidos abre un nuevo frente de preocupación. Organizaciones del sector cafetalero señalan que los aranceles a las importaciones podrían reducirse o eliminarse en caso de acuerdos comerciales bilaterales, aunque por el momento no hay señales concretas de avances. La reciente orden ejecutiva de la Casa Blanca abrió un marco regulatorio para estas negociaciones, pero la falta de entendimiento entre Washington y Brasil mantiene el escenario en suspenso.
Los analistas coinciden en que la relación bilateral entre ambos países atraviesa un distanciamiento político que limita los acuerdos a iniciativas privadas, reduciendo la capacidad de encontrar una salida rápida al problema arancelario. Mientras tanto, los operadores permanecen en alerta ante cualquier noticia que pueda alterar aún más la dinámica del mercado.
El déficit de oferta global de arábica ha venido acumulándose en las últimas campañas debido a fenómenos climáticos extremos que afectaron tanto a Brasil como a otros productores de peso en América Latina. Sequías prolongadas, heladas y patrones climáticos inusuales han reducido la productividad de los cafetales y mermado la calidad del grano.
La presión sobre la cadena de suministro es tal que la prima del arábica frente al robusta se ha disparado, ya que los tostadores y compradores compiten por asegurar el grano más valorado. En paralelo, el robusta -más abundante y de menor precio- ha mantenido cierta estabilidad, pero su uso como sustituto tiene límites, especialmente en los segmentos que demandan cafés de alta gama.
A corto plazo, el mercado del café seguirá condicionado por tres factores: la evolución de la cosecha brasileña, la política comercial de Estados Unidos respecto a los aranceles y la disponibilidad global de inventarios certificados. Los expertos señalan que, de no revertirse las condiciones actuales, los precios podrían mantenerse elevados en lo que resta del año, generando presiones tanto para la industria como para los consumidores.
En este contexto, la volatilidad se convierte en la norma y deja a los mercados internacionales del café en un estado de incertidumbre permanente, donde cualquier anuncio sobre clima, política o comercio puede generar fuertes movimientos de precios.