Chile

China impulsa la demanda de cerezas chilenas mientras India aumenta el consumo de kiwis y manzanas

El sector frutícola chileno cerró la temporada con un récord de 3 millones de toneladas exportadas, pero enfrenta desafíos climáticos y logísticos en su producto estrella: la cereza.

La fruticultura chilena finalizó la temporada 2024-2025 con un desempeño histórico al alcanzar 3 millones de toneladas exportadas, consolidando al país como uno de los mayores proveedores de fruta fresca en el mundo. Sin embargo, las proyecciones para la próxima campaña de cerezas, el producto más emblemático del sector, se presentan con cierta cautela debido a las condiciones climáticas impredecibles y a la necesidad de reforzar la eficiencia logística, sobre todo en los mercados asiáticos donde la demanda es más intensa.

Según Iván Marambio, presidente de Frutas de Chile, el mercado asiático es fundamental para las cerezas. "Este es el mercado más importante que tenemos, con un enorme potencial de crecimiento, especialmente en China regional e India", afirmó. De hecho, China se mantiene como el principal comprador de cerezas chilenas, mientras que India gana terreno con un creciente consumo de kiwis y manzanas. En paralelo, Corea del Sur emerge como un destino estratégico, ampliando la diversificación de mercados.

Las primeras estimaciones apuntan a un aumento del 6 % en los volúmenes de cerezas en comparación con la temporada anterior. Sin embargo, Marambio advierte que aún es temprano para confirmar cifras definitivas. "Estamos llegando al final del invierno y el clima se ha comportado de forma distinta, con heladas y lluvias que podrían impactar la producción", explicó, subrayando que la industria mantiene una postura prudente frente a la evolución climática.

Uno de los principales retos es la distribución en la última milla, especialmente porque el comercio electrónico ya representa el 30 % de las ventas de cerezas en China. "Nuestra logística es de primer nivel desde el campo hasta los puertos, pero debemos garantizar que la fruta llegue al consumidor final con la misma frescura, dulzura y sabor que nos caracteriza", señaló Marambio. En el mercado chino, la percepción de calidad está íntimamente ligada a la dulzura natural del fruto: "El azúcar no existe para ellos, lo que importa es la dulzura natural de la fruta".

Mientras tanto, Chile encara barreras arancelarias en Estados Unidos, donde las uvas están sujetas a un impuesto del 10 %. Según Marambio, esta situación no debería interpretarse como competencia directa, dado que la fruta chilena llega al hemisferio norte en la contraestación. "No competimos con la producción estadounidense, pero sí enfrentamos condiciones que nos obligan a diversificar aún más", sostuvo.

La estrategia de diversificación de mercados es un eje central de la fruticultura chilena. Actualmente, la distribución de exportaciones se reparte en 30 % hacia Norteamérica, 30 % a Asia, 20 % a Europa y 20 % a América Latina, lo que refleja un esfuerzo constante por reducir riesgos y ampliar oportunidades. "Chile vive de la diversificación; trabajamos los 12 meses del año para ampliar mercados, pero es una tarea de mediano y largo plazo", apuntó Marambio.

El dinamismo del sector se sostiene en una combinación de innovación, logística y capacidad de adaptación a los cambios en la demanda internacional. Sin embargo, el impacto del clima adverso, la competencia global y los desafíos arancelarios en mercados clave son recordatorios de la vulnerabilidad de la industria. Aun así, el récord alcanzado en la última campaña y las perspectivas de crecimiento en Asia consolidan a Chile como referente global en producción y exportación de frutas frescas.

Agrolatam.com
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