Repunte histórico del café en Colombia: alivio para productores, presión para tostadores
El café colombiano se beneficia de precios internacionales récord de hasta US$4 la libra, lo que devuelve la rentabilidad a pequeños productores tras años de pérdidas. Pero el auge también trae volatilidad y márgenes más estrechos para exportadores y tostadores.
Colombia atraviesa una bonanza cafetera histórica después de décadas en las que cultivar el grano era, para muchos, un negocio a pérdida. El repunte se explica por la combinación de escasez global de oferta, mayor demanda y tensiones geopolíticas que han impulsado al café arábica a precios inéditos en la Bolsa de Nueva York, con contratos que alcanzaron los US$4 la libra.
Para los caficultores colombianos, especialmente los pequeños y medianos, la coyuntura representa un respiro largamente esperado. Según datos de la Federación Nacional de Cafeteros, el precio interno promedió COP$2,37 millones por carga en julio, un aumento de 26 % frente al año anterior. Se trata de niveles nominalmente récord, que permiten cubrir costos de producción y generar utilidades tras años de estrechez.
"Estos precios son un gran beneficio para los cultivadores porque tradicionalmente producíamos a pérdida. Ahora, incluso con la volatilidad, hay margen para sostenerse", expresó un caficultor de Antioquia.
Motor económico y social
El café sigue siendo un pilar de la economía colombiana. Solo en julio, el valor de la cosecha alcanzó COP$2,17 billones, un salto de 67 % interanual, mientras que en 12 meses la cifra llegó a COP$22,8 billones. Las exportaciones también repuntaron: en junio se enviaron 1,08 millones de sacos de 60 kilos, 5,9 % más que un año antes. En el acumulado anual, los despachos crecieron 14,5 % y sumaron 12,97 millones de sacos.
Además de divisas, la cadena cafetera es fuente de empleo para más de 500.000 familias, en su mayoría pequeños productores que dependen de manera directa del grano. El impacto social de la bonanza es, por tanto, significativo, con mejoras en el ingreso rural y en la sostenibilidad de comunidades cafeteras.
Márgenes estrechos para la industria
Sin embargo, no todos los eslabones de la cadena resultan igualmente beneficiados. Los tostadores y comercializadores enfrentan un panorama distinto: mayores costos de materia prima, menor margen de ganancia y alta volatilidad en los precios internacionales.
"Como tostadores compramos directamente a caficultores o trilladoras. Sí, recibimos un precio más alto por la materia prima, pero eso reduce nuestro margen. Aun así, estos precios son necesarios para que el productor pueda sostenerse", reconoció un empresario del sector.
La volatilidad es otro factor crítico: los precios suben y bajan en cuestión de semanas, dificultando la planificación y elevando el riesgo financiero.
Cafés especiales y primas de calidad
El auge también impulsa el negocio de los cafés especiales, que se venden con primas de hasta US$2 adicionales por libra en relación al precio de Nueva York. Regiones como Huila y Antioquia destacan con cafés de altura y trazabilidad certificada, cuya demanda se mantiene firme en mercados como Europa y Estados Unidos.
La tendencia global hacia el consumo de cafés diferenciados abre oportunidades de largo plazo, ya que el consumidor valora cada vez más la sostenibilidad, la calidad y la historia detrás del producto.
Competencia y factores externos
En el plano internacional, Colombia enfrenta la competencia de Brasil, su principal rival en arábicas. No obstante, la reciente decisión de Estados Unidos de aplicar un arancel del 50 % al café brasileño ha favorecido la posición del grano colombiano en su mayor mercado.
Otros productores, como Etiopía, Uganda y Vietnam, han incrementado sus exportaciones aprovechando los altos precios, mientras que Sudamérica sufrió una caída en los envíos debido a problemas climáticos y logísticos.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) proyecta que la producción mundial de café crecerá 4,2 % en 2024-2025, lo que podría moderar los precios y generar un superávit. Esto plantea dudas sobre la duración de la actual bonanza.
Luces y sombras de la bonanza
Aunque la coyuntura actual permite a los caficultores disfrutar de ingresos excepcionales, la sostenibilidad del auge depende de factores externos: condiciones climáticas, costos de insumos y dinámica de los mercados internacionales. La ausencia del fenómeno de El Niño en 2025 favorece las cosechas sudamericanas, pero un repunte de la producción en Brasil podría estabilizar los precios a la baja.
Por ahora, el café colombiano goza de un escenario de altos precios y fuerte demanda, un alivio tras años de dificultades. La incógnita es si se trata de una ola pasajera o el inicio de un ciclo prolongado de prosperidad.