Colombia

Colombia, potencia avícola: ya es el tercer país del mundo en consumo de huevo

El consumo de pollo y huevo marca récords en 2025 y abre nuevas puertas a la exportación.

En las últimas tres décadas, el consumo de huevo en Colombia experimentó un crecimiento extraordinario que transformó los hábitos alimenticios de la población y posicionó al país en el mapa mundial de la avicultura. En 1995, cada colombiano consumía en promedio 149 huevos al año. Tres décadas después, la cifra se duplicó con creces hasta alcanzar los 343 huevos en 2024. Para este 2025, las proyecciones de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi) señalan que se superarán los 360 huevos por persona, consolidando al país como tercero en el mundo en consumo per cápita de este alimento, solo superado por México y Japón.

La carne de pollo sigue el mismo camino. Este año se estima que cada habitante consumirá entre 37 y 38 kilogramos, lo que confirma al pollo como la proteína animal más popular de los hogares colombianos. Fenavi proyecta que la producción nacional alcanzará las 1,9 millones de toneladas, una cifra récord que supera los niveles previos a la caída registrada en 2021 y que representa un crecimiento sostenido frente a las 1,8 millones de toneladas de 2024.

El sector avícola colombiano cerrará 2025 con una producción histórica de más de 19.200 millones de huevos, lo que no solo refleja la fortaleza del mercado interno, sino también la capacidad de la industria para proyectarse al mundo.

Colombia busca conquistar más mercados avícolas en el mundo

El dinamismo del consumo interno ha permitido a la industria colombiana dar un paso más allá: la internacionalización. Hoy, el país ya suma 11 destinos habilitados para exportar pollo y huevo, entre ellos Japón, Cuba, México, Perú, Venezuela, Bolivia, Ecuador, la Unión Económica Euroasiática (Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Armenia y Kirguistán), Namibia, Bahamas y Emiratos Árabes Unidos.

En el caso del huevo, el Caribe se ha consolidado como mercado clave, con más de 150 contenedores enviados en 2025, mientras que se preparan exportaciones de ovoproductos, como huevo líquido y en polvo, con alto potencial en la industria de la pastelería. En cuanto al pollo, Colombia celebró recientemente la apertura del mercado de Emiratos Árabes y se alista para enviar sus primeros cargamentos a Japón.

El objetivo ahora está puesto en dos gigantes: Estados Unidos y China. Con el primero, el proceso es lento y complejo, debido a las estrictas barreras sanitarias que solo han permitido el ingreso de pollo chileno y de huevo proveniente de Turquía, Brasil y Corea. Para Colombia, la apertura de ese mercado sigue dependiendo de decisiones políticas en Washington.

En el caso de China, la expectativa es alta: se aguarda la visita de autoridades sanitarias para certificar plantas colombianas y habilitar exportaciones. Sin embargo, la dinámica será diferente, ya que el mercado chino demanda cortes específicos como garras y crestas de pollo, considerados de bajo valor en Colombia, pero que en Asia tienen gran aceptación y un precio elevado. Esto representa una oportunidad de diversificación y valor agregado para una industria acostumbrada a exportar pollo entero o presas tradicionales.

Un sector con fortalezas, pero también con retos urgentes

A pesar de los avances, el camino no está libre de obstáculos. Fenavi advierte que la inseguridad en el país ha empeorado y se ha convertido en una de las principales amenazas para el sector. La extorsión, el accionar de bandas criminales y los secuestros han afectado de manera directa la cadena de transporte de alimentos. Un hecho reciente ilustra la gravedad: en el norte del Cauca, la hija de un conductor de una empresa avícola fue secuestrada con fines de reclutamiento forzado.

A ello se suman los bloqueos de carreteras, que se han vuelto frecuentes en diferentes regiones del país. Estos cortes generan sobrecostos logísticos al obligar a desviar rutas, encareciendo los precios y afectando tanto a productores como a consumidores. Casos como el cierre de vías en Boyacá, que incomunicó granjas avícolas, evidencian la fragilidad de la infraestructura y la falta de respuesta del Estado ante protestas sociales que paralizan la circulación de bienes básicos.

Frente a este escenario, la industria insiste en que no se puede normalizar el uso de bloqueos como herramienta de presión, ya que afectan directamente a la competitividad del sector y deterioran la confianza de los mercados internacionales.

La proyección de Colombia en la avicultura mundial

Colombia no solo tiene un mercado interno sólido, sino que cuenta con plantas de producción de talla mundial que le permiten proyectarse como un jugador competitivo en el escenario internacional. Ciudades como Medellín ya disponen de instalaciones capaces de igualar los estándares de Brasil o Estados Unidos, con sistemas modernos que garantizan trazabilidad, inocuidad y eficiencia en la cadena de valor.

La diferencia con otros países de la región también juega a favor. Mientras que en México alrededor del 60% del pollo consumido es vivo y en Perú alcanza el 80%, en Colombia la industria produce directamente para consumo listo, con presas y cortes envasados que responden a las exigencias de un mercado global.

Fenavi estima que Colombia podría exportar hasta 350.000 toneladas de pollo sin necesidad de nuevas plantas, una ventaja competitiva frente a otros países que sí deben ampliar su infraestructura para atender la demanda externa.

Con más de 19.200 millones de huevos y 1,9 millones de toneladas de pollo en 2025, el país se afianza como tercero en Latinoamérica y décimo a nivel mundial en producción avícola. La meta ahora es clara: mantener el liderazgo regional, seguir diversificando mercados y superar los desafíos internos para consolidarse como un proveedor confiable de proteína animal para el mundo.

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