Nuevos virus amenazan la salud reproductiva de las cerdas en Colombia, según investigación de la UNAL
Un estudio identificó coinfecciones virales que afectan la placenta de las cerdas y provocan abortos, mortinatos y reducción de camadas, poniendo en riesgo la productividad porcina en las principales regiones del país.
La producción porcina en Colombia enfrenta un desafío creciente: la circulación de nuevos virus reproductivos que comprometen la salud de las cerdas y generan graves pérdidas en las granjas. Así lo reveló una investigación de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), publicada por su Agencia de Noticias, que confirma la presencia de patógenos emergentes en zonas clave de la porcicultura nacional.
El estudio, liderado por la médica veterinaria y doctora en Biotecnología Diana Susana Vargas Bermúdez, analizó durante más de dos años la situación sanitaria de 40 granjas tecnificadas en Cundinamarca, Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico y el Eje Cafetero. Allí se recolectaron muestras de sangre de 234 cerdas primíparas y se monitorearon 40 hembras en todas las etapas del ciclo reproductivo, desde la inseminación hasta el parto.
Abortos, mortinatos y camadas más pequeñas
La investigación confirmó que los nuevos virus atacan la placenta de las cerdas, provocando infecciones fetales que se traducen en abortos, muertes embrionarias, nacimientos de lechones débiles o muertos y reducción del tamaño de las camadas.
En condiciones óptimas, cada cerda debería destetar en promedio 26 lechones al año. Sin embargo, la mortalidad fetal en Colombia llega hasta el 20%, frente a un promedio global del 1 al 2%. Este nivel de pérdidas convierte cada ciclo reproductivo en una crisis sanitaria para las granjas.
Coinfecciones virales: hasta siete patógenos a la vez
Uno de los hallazgos más relevantes fue la alta frecuencia de coinfecciones virales. Aunque las cerdas aparentemente estaban sanas al momento de la inseminación, muchas presentaban hasta siete virus diferentes de manera simultánea. Esta combinación multiplica el impacto negativo en la salud reproductiva, incluso si los virus por separado no serían letales.
Entre los patógenos detectados figuran algunos ya conocidos, como el síndrome reproductivo y respiratorio porcino (Prrsv), el circovirus porcino tipo 2 (PCV2) y el parvovirus porcino 1 (PPV1). Pero también aparecieron virus emergentes, como el circovirus tipo 3 (PCV3), identificado en 2016, y una familia de nuevos parvovirus (PPV2 a PPV7), que aún no tienen vacunas disponibles.
Limitaciones en la vacunación y bioseguridad
En Colombia, el control sanitario depende de la vacunación contra PCV2 y PPV1 y de estrictos protocolos de bioseguridad en las granjas. Sin embargo, la vacuna contra el Prrsv no está autorizada en el país, debido a la gran variabilidad genética del virus, lo que deja a los productores con pocas herramientas para mitigar su efecto.
La investigación también mostró que los virus pueden ingresar a las granjas por múltiples vías: animales nuevos, semen de inseminación, transporte, equipos o incluso a través del aire, cuando las cerdas infectadas liberan partículas virales al toser o estornudar, un mecanismo similar al del COVID-19 en humanos.
En granjas con más de 1.000 cerdas, la alta densidad poblacional favorece la transmisión, aumentando el riesgo de brotes difíciles de controlar.
Impacto económico y global
Aunque en Colombia no existen estimaciones oficiales sobre el costo económico de estas enfermedades, en Estados Unidos se calculan pérdidas de hasta US$200 por cada cerda afectada por Prrsv. De replicarse esas cifras en Colombia, el impacto sería millonario, considerando la importancia creciente del sector porcino en la seguridad alimentaria y las exportaciones del país.
Los resultados de Vargas demostraron que las coinfecciones virales reducen las tasas de parición y aumentan los casos de fetos momificados. Además, se comprobó que las cerdas infectadas presentan menor respuesta inmune, lo que debilita sus defensas y favorece la mortalidad de los lechones.
Incluso algunos lechones aparentemente saludables fallecieron sin lesiones visibles. Solo mediante técnicas moleculares avanzadas se detectó la presencia de virus en sus órganos, confirmando que la amenaza es más profunda de lo que muestran los signos clínicos externos.
Un reto para la porcicultura colombiana
La investigación pone en evidencia la diversidad viral presente en las granjas: no solo se detectaron patógenos clásicos y emergentes, sino también variantes de los ya conocidos. Este panorama convierte a cada establecimiento en un terreno vulnerable, donde la bioseguridad estricta no garantiza una protección total.
El trabajo de la UNAL marca un punto de partida para el diseño de nuevas estrategias sanitarias, incluyendo la necesidad de vacunas contra los virus emergentes y un mayor monitoreo epidemiológico.
Mientras tanto, los porcicultores colombianos deberán enfrentar una amenaza silenciosa que compromete la eficiencia reproductiva, la rentabilidad y la competitividad de un sector clave para el abastecimiento de proteína animal en el país.