Chile

Chile gana terreno en India: frutos secos y frescos impulsan un nuevo corredor agroexportador

La oferta chilena de nueces, kiwis, manzanas y cerezas registra crecimientos de doble dígito en India, consolidando una ruta comercial que refuerza la diversificación de mercados y el valor agregado de la fruticultura sudamericana.

Agrolatam.com
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La estrategia chilena de diversificación de mercados registra un avance significativo en India, uno de los destinos más dinámicos de Asia. La exportación de cerezas, manzanas, kiwis y nueces ha cobrado protagonismo en la agenda comercial del país, con crecimientos interanuales de entre el 15% y el 27% en los primeros cinco meses del año. Esta tendencia refleja un claro cambio de rumbo: dejar de depender de China y EE.UU. para consolidarse como proveedor global de frutos de alto valor agregado.

El éxito de este corredor agronómico se apoya en varios factores estratégicos. Primero, la ventaja comparativa por contraestación permite a Chile llegar al mercado indio cuando la producción local es baja o estacional. Segundo, los protocolos de trazabilidad y certificación fitosanitaria han sido prioritarios, garantizando estándares internacionales y despejando las barreras sanitarias. Tercero, la mejora en la infraestructura logística -con embarques fríos por mar y rutas aéreas charter para frutas premium- asegura entregas frescas y oportunas.

Sin embargo, el camino no está exento de desafíos. En el plano interno, las exigencias técnicas para cumplir con los requerimientos indios requieren ajustes en la cadena de frío y mejora en el empaque post cosecha. Además, persisten barreras no arancelarias, como etiquetado y regulaciones de importación, que demandan un mayor esfuerzo diplomático para optimizar el acceso. En el ámbito comercial, la distribución minorista en India es compleja, con un ecosistema dominado por mercados tradicionales; la estrategia debe evolucionar hacia alianzas con retail organizado y plataformas digitales.

Para el sector frutícola chileno, las cifras indican que la diversificación está marcando una diferencia. Las cerezas buscan alternativas al saturado mercado chino, mientras que las nueces y kiwis complementan el portafolio exportador, modificando la balanza comercial y aumentando el margen de resiliencia frente a crisis externas. Esta narrativa de éxito resulta crucial para captar financiamiento, incentivar la tecnificación y acompañar a pequeños y medianos productores en su integración al mercado global.

De cara al futuro, los actores públicos y privados proyectan que el volumen exportado de estas cuatro categorías podría alcanzar las 150000 toneladas anuales hacia 2027, siempre que se mantengan las inversiones en tecnificación de cultivos, empaques sostenibles y campañas de promoción de los beneficios saludables de los productos chilenos. También se considera relevante ampliar la oferta hacia frutas como arándanos y paltas, lo que implicará un salto en la complejidad logística pero que podría afianzar aún más la posición chilena en el mercado asiático.

Este fortalecimiento del corredor frutícola no solo representa una oportunidad comercial, sino que traduce en impacto económico para comunidades rurales, al abrir nuevas vías de ingreso directo y promover el desarrollo regional. Además, la diversificación de destinos y la calidad de los productos apuntalan una estrategia macro en la que la sostenibilidad, la trazabilidad y la identidad agroalimentaria se convierten en factores clave para el futuro del sector.

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