Costa Rica reacciona al golpe arancelario de EE.UU.: tensión comercial y señales de alarma en el agro
El gobierno costarricense pide frenar los aranceles mientras exportadores y productores agropecuarios encienden las alertas. La medida de Trump, que afecta a más de 180 países, revive dudas sobre el valor de los acuerdos comerciales.
Costa Rica busca frenar los aranceles y proteger su modelo exportador
La reciente imposición de aranceles globales por parte de Estados Unidos encendió las alarmas en Costa Rica. El gobierno solicitó a Estados Unidos una pausa inmediata en la aplicación de los tributos anunciados el jueves pasado, mientras continúan las negociaciones bilaterales. La medida más benigna -un arancel del 10% a las exportaciones costarricenses- es, sin embargo, motivo de preocupación.
"Aunque el 10% es el mínimo aplicado, somos conscientes del impacto que puede tener en nuestro sector exportador," declaró el ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar. El funcionario aseguró que su equipo ya trabaja en una estrategia nacional para afrontar este nuevo escenario, y que se han tomado acciones concretas como la conformación de un equipo interinstitucional de alto nivel, el diálogo con los exportadores y el fortalecimiento de las negociaciones con EE.UU.
Además, Costa Rica busca diversificar mercados como vía para reducir su dependencia del gigante norteamericano y fortalecer su integración en el comercio global.
La lista publicada por la Casa Blanca incluye a casi 70 países -además de la Unión Europea- que enfrentarán aranceles diferenciados entre el 10% y el 41%. En el caso costarricense, si bien no se aplican las tasas más altas, la incertidumbre y el golpe simbólico afectan directamente a un país con una economía altamente orientada a las exportaciones.
El agro costarricense, otra vez en el centro de la tormenta
La Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA) no tardó en pronunciarse con firmeza. Aseguró que la medida representa un nuevo golpe a un sector que ya atraviesa más de siete meses de cifras negativas, según el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE).
Desde la CNAA alertan que los aranceles de EE.UU. profundizan la crisis de miles de productores costarricenses, y ponen en cuestión la eficacia de los tratados de libre comercio. La organización exigió al gobierno explicaciones claras y medidas urgentes para blindar al agro de decisiones externas que agravan su situación crítica.
También aprovecharon para reabrir el debate sobre la validez de acuerdos como la Alianza del Pacífico y el TPP, advirtiendo que su impacto real en la agricultura ha sido negativo y que estos tratados no han ofrecido la protección legal que se esperaba ante embates de esta magnitud.
En un contexto de tensiones crecientes con Estados Unidos, Costa Rica enfrenta un dilema estructural: cómo mantener su competitividad sin depender exclusivamente de sus viejos socios comerciales. Mientras tanto, el agro, una pieza clave del engranaje exportador nacional, pide respuestas urgentes.