Colombia

Papa Pastusa en crisis: caída de precios y competencia extranjera ponen al campo al borde

El precio de la papa pastusa en Colombia ha caído a niveles críticos, generando pérdidas para los productores locales. A la par, la importación desde Ecuador y los altos costos de producción encienden las alarmas del sector.

Los productores de papa pastusa en Colombia están atravesando una crisis sin precedentes. En departamentos clave como Boyacá y Nariño, el precio por bulto ha caído a niveles insostenibles, y el cultivo dejó de ser rentable para muchos pequeños y medianos agricultores.

Actualmente, un saco de 25 kg se cotiza en los mercados mayoristas en aproximadamente $40.000, una cifra muy por debajo de los costos reales de producción. Fertilizantes, mano de obra, transporte y otros insumos se han encarecido, y los márgenes se han evaporado. Para muchos, sembrar papa en este contexto equivale a perder dinero.

La situación ha sido agravada por la entrada masiva de papa importada desde Ecuador, cuyo precio es más bajo pero sobre el que también recaen denuncias de controles sanitarios poco rigurosos. Esta competencia ha inundado el mercado, generando un exceso de oferta y una presión constante a la baja en los precios locales.

En paralelo, la producción interna no ha dejado de crecer. En las últimas dos décadas, la industria porcícola colombiana -por ejemplo- creció más de un 170%, y la de papa ha seguido un camino similar de tecnificación. Sin embargo, esta expansión no se ha traducido en estabilidad económica para el productor.

Los datos de junio 2025 reflejan la gravedad del problema. El precio por kilo de papa pastusa se ubicó en torno a $1.135, registrando una caída cercana al 4% respecto al mes anterior. En municipios como La Unión y el sur de Nariño, se estima que el precio de venta apenas cubre entre el 30 y el 40% del costo de producción.

En algunas zonas, los productores ya abandonaron cosechas. No vale la pena levantar el cultivo si cada saco implica una pérdida segura. Otros agricultores han optado por regalar la papa, o dejarla pudrir en el campo, ante la falta de compradores dispuestos a pagar un precio justo.

Las organizaciones del sector y autoridades departamentales están solicitando al gobierno nacional medidas urgentes de protección, incluyendo mecanismos de salvaguarda para las importaciones, subsidios al transporte y compras públicas de papa para programas sociales.

Además, se pide fortalecer la infraestructura de comercialización, desarrollar bancos de semillas de alta calidad y establecer precios de referencia que protejan al productor frente a las distorsiones del mercado.

La papa pastusa no es solo un cultivo: es parte esencial de la dieta, la economía rural y la seguridad alimentaria del país. Su colapso afectaría no solo a los agricultores, sino también a los consumidores y al tejido agroalimentario nacional.

El futuro de la cadena papera está en juego. Si no se actúa con rapidez y decisión, el campo podría enfrentarse a una nueva ola de abandono rural, pérdida de empleo y caída de producción. Los productores han encendido la alarma: es momento de escuchar.

Agrolatam.com
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