Perú

Cusco celebra el nacimiento de 2.000 crías ovinas gracias a inseminación artificial

El proyecto Ovinos impulsa la mejora genética en Livitaca con razas Dorper y Texel, buscando fortalecer la ganadería familiar y los ingresos de la comunidad.

En el distrito de Livitaca, provincia de Chumbivilcas, región Cusco, se alcanzó un hito en la ganadería local: el nacimiento de cerca de 2.000 crías de ovinos F1 mediante la técnica de inseminación artificial. El logro forma parte del proyecto Ovinos, impulsado por la Gerencia de Desarrollo Económico, que busca elevar la productividad pecuaria a través de la mejora genética.

Las nuevas crías, provenientes de las razas Dorper y Texel, representan un avance significativo en el mejoramiento de la calidad de la carne ovina, al combinar rusticidad, resistencia y mayor rendimiento en canal. Según el equipo técnico, estas características permitirán que los productores locales logren animales más competitivos en el mercado y, al mismo tiempo, incrementen sus ingresos familiares.

La experiencia en la comunidad de Ccollana refleja el alcance del proyecto. Allí, especialistas identificaron oficialmente a las crías nacidas y aplicaron suplementación vitamínica, garantizando su buen estado de salud, crecimiento y desarrollo. Este proceso no solo asegura la viabilidad de los animales, sino que fortalece la confianza de los ganaderos en la innovación tecnológica aplicada al campo.

La inseminación artificial permite optimizar la reproducción ovina al introducir material genético de alto valor, algo que de manera natural sería difícil de obtener en comunidades alejadas de los grandes centros pecuarios. Con esta técnica, Livitaca se posiciona como referente regional en mejoramiento genético, demostrando que la tecnología puede adaptarse a la realidad de la ganadería altoandina.

El proyecto Ovinos no solo apunta a mejorar los indicadores productivos, sino también a transformar el modelo de crianza tradicional. Al incorporar razas especializadas como Dorper y Texel, se eleva la calidad del rebaño y se abren nuevas posibilidades para acceder a mercados que demandan carne de mayor calidad y consistencia.

El impacto se proyecta en múltiples dimensiones. Por un lado, las familias beneficiarias dispondrán de animales más rentables y de un producto con mejor cotización en ferias locales y regionales. Por otro, se genera un círculo virtuoso en la economía de Livitaca, al dinamizar actividades relacionadas con la comercialización, la alimentación animal y los servicios veterinarios.

Además, este avance representa un cambio cultural en las prácticas pecuarias: productores que antes veían la inseminación artificial como una técnica lejana, ahora la reconocen como herramienta concreta para mejorar su producción y competitividad.

La iniciativa también refuerza la seguridad alimentaria en la zona, al garantizar disponibilidad de carne de calidad para el consumo local. Y, a nivel social, la participación de comunidades campesinas en procesos de innovación consolida el rol de la ganadería como eje de desarrollo en los Andes peruanos.

El nacimiento de casi 2.000 crías no es solo un resultado técnico, sino un símbolo de lo que puede lograrse cuando las autoridades locales, los equipos técnicos y los productores trabajan en conjunto con una visión de largo plazo.

Agrolatam.com
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