Ecuador

Ecuador enfrenta una campaña de mango con menos producción y altos costos por aranceles

El sector anticipa una temporada 2025 compleja: menor volumen de fruta, retraso en la cosecha y condiciones comerciales adversas, en especial por el impacto de los aranceles en Estados Unidos.

La campaña de mango en Ecuador está a punto de comenzar en un escenario desafiante. Factores climáticos y barreras comerciales anticipan una temporada con menores márgenes de rentabilidad para un cultivo que se ha convertido en uno de los más emblemáticos de la agroexportación ecuatoriana.

De acuerdo con Bernardo Malo, presidente de la Fundación Mango del Ecuador, la campaña 2025 se presenta con un retraso en la producción y un volumen menor al esperado, aunque aún no se puede cuantificar con precisión la caída. "La campaña viene tarde y con un porcentaje menor de producción que todavía está por ser cuantificada", explicó, aludiendo a un invierno con lluvias intensas y prolongadas que afectaron los procesos de floración e indujeron un retraso en la curva de producción.

El sector viene de un 2023 marcado por el fenómeno de El Niño, que redujo los rendimientos, seguido de un 2024 con cosecha récord. Para 2025, se prevé una alternancia natural en la productividad, con menor volumen de fruta disponible en comparación con el año anterior.

A pesar de esta reducción, los exportadores confían en cumplir los compromisos internacionales, aunque con costos menos favorables. Según Malo, el mango es el producto más afectado entre los agrícolas ecuatorianos, ya que enfrenta un doble impacto en el mercado estadounidense: un arancel de 6,6 centavos por kilo (26,4 centavos por caja), vigente desde 2021, y una tarifa adicional del 15 % aplicada de forma general a los productos de Ecuador. Esta combinación de cargas resta competitividad frente a países como México o Perú, y presiona los márgenes de un cultivo que ya exige altos niveles de inversión.

El problema se amplifica por la alta concentración de exportaciones hacia Estados Unidos, que representa cerca del 95 % del total enviado. Esta dependencia responde a que las variedades cultivadas en Ecuador son demandadas casi exclusivamente en ese mercado, lo que dificulta la diversificación hacia otros destinos. "No es que no queramos diversificar, es que las variedades que se nos dan bien aquí son las que exige ese mercado", explicó Malo.

En cuanto a la apertura del mercado surcoreano, el directivo destacó avances como la firma del convenio fitosanitario y el tratado de libre comercio, aunque advirtió que la desgravación arancelaria será gradual. Esto coloca a Ecuador en desventaja frente a competidores como Perú, que ya goza de arancel cero en Corea.

Respecto a la superficie cultivada, Malo aclaró que las áreas de mango no han disminuido, sino que incluso han crecido ligeramente. Sin embargo, recalcó que cualquier expansión debe hacerse con prudencia: "El mango es muy sensible a las leyes de oferta y demanda. La oferta tiene que crecer en función de la demanda, de lo contrario los precios sufren y no son sostenibles para la producción". También recordó que Ecuador enfrenta mayores costos de producción que otros países de la región, lo que obliga a ser más estratégico en su crecimiento.

Con este panorama, el sector se prepara para una campaña 2025 marcada por un menor volumen, retraso en la cosecha y un contexto comercial desfavorable. Aunque no se anticipa una crisis como la de 2023, la temporada exigirá mayor eficiencia, planificación y apertura a nuevos mercados para sostener la competitividad del mango ecuatoriano en la arena internacional.

Agrolatam.com
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