Tensión en la cadena láctea: suben los precios por caída en la producción de leche en Ecuador
La industria láctea ecuatoriana enfrenta una etapa crítica marcada por la reducción del acopio y la menor oferta de leche cruda. Esto ya se refleja en un aumento en el precio de quesos y otros derivados. El Centro de la Industria Láctea alerta sobre las causas estructurales detrás del fenómeno y advierte por impactos duraderos si no se actúa con urgencia.
Ecuador atraviesa una de las etapas más delicadas para el sector lácteo en los últimos años. La caída en la producción de leche cruda, combinada con menores niveles de acopio, está generando una presión creciente sobre los precios de los productos lácteos, en especial el queso, afectando tanto a consumidores como a industriales.
El Centro de la Industria Láctea del Ecuador (CIL) emitió un informe que confirma el encarecimiento de los productos derivados de la leche, especialmente los quesos frescos, maduros y fundidos. Este fenómeno no responde a un aumento artificial de precios por parte del sector, sino que tiene raíces profundas en el desequilibrio estructural de la oferta.
Según datos recabados por el CIL, la producción nacional de leche ha experimentado una reducción sostenida, particularmente en zonas tradicionalmente productoras como la Sierra centro y norte. Esta baja se debe a varios factores simultáneos: altos costos de insumos, reducción de áreas ganaderas, impacto del clima y migración rural que afecta la disponibilidad de mano de obra.
"El incremento en el precio de quesos no es un capricho del mercado. Es la consecuencia directa de una menor disponibilidad de leche cruda para su procesamiento," señaló el CIL a través de un comunicado oficial. La entidad remarcó que muchas plantas industriales están operando por debajo de su capacidad instalada y deben competir por una materia prima cada vez más escasa.
Los productores también atraviesan una situación desafiante. El aumento de los costos en la alimentación animal, insumos veterinarios, electricidad y transporte ha reducido los márgenes de rentabilidad, generando una menor inversión en mejora genética o infraestructura. Como resultado, la productividad del rodeo lechero no ha crecido al ritmo necesario para sostener la demanda interna.
A esto se suma un escenario climático adverso, con periodos prolongados de sequía en algunas provincias, alternados con lluvias intensas que dificultan la logística, el acceso a pasturas y el estado sanitario de los animales. En algunos cantones, se ha registrado una caída de hasta el 15% en el volumen promedio de leche entregado a las plantas.
El impacto ya se siente en los puntos de venta. Supermercados y tiendas reportan aumentos en los precios de quesos frescos, mozzarella, quesillos y otros derivados. Si bien algunos establecimientos intentan absorber parte del incremento para no perder ventas, la tendencia ascendente es clara.
El CIL advirtió que, de no implementarse medidas urgentes, el escenario puede agravarse en los próximos meses. La entidad propone una agenda de corto y mediano plazo que incluye:
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Incentivos productivos para pequeños y medianos ganaderos.
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Facilidades de crédito para el sector lechero.
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Revisión de políticas arancelarias para insumos clave.
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Apoyo técnico en manejo ganadero y gestión del recurso forrajero.
También se llama la atención sobre el riesgo de informalidad. Ante el encarecimiento de los productos regulados, algunos actores optan por comercializar leche y derivados fuera de los canales formales, sin controles sanitarios ni trazabilidad, lo cual representa un riesgo para la salud pública y debilita la cadena de valor.
Desde el sector productivo, asociaciones de ganaderos afirman que la situación no es nueva, pero se ha intensificado con la falta de políticas estructurales. Reclaman un enfoque integral que considere la realidad del campo, estimule la producción con reglas claras, y garantice precios justos tanto para quienes producen como para quienes transforman y consumen.
Ecuador necesita estabilizar su sistema lácteo con medidas concretas, sostenibles y de largo plazo. De lo contrario, los desequilibrios actuales podrían derivar en más presión sobre los precios, menor competitividad del sector formal y un debilitamiento de la soberanía alimentaria.
Por ahora, el consumidor deberá enfrentar precios más altos, mientras el sector espera una respuesta articulada del Estado, la banca, y las cadenas de comercialización. La leche, símbolo del campo y de la mesa ecuatoriana, hoy se convierte también en termómetro de una economía rural que exige atención inmediata.