El Salvador

El Salvador logra controlar los casos de gusano barrenador, pero mantiene la alerta regional

El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) confirmó que los 5.400 casos detectados fueron curados, aunque advierte que el riesgo persiste por la circulación del insecto en países vecinos.

El gusano barrenador del ganado (GBG), una plaga que afecta a animales de sangre caliente y puede causar graves pérdidas económicas en la ganadería, parece estar bajo control en El Salvador. El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) aseguró que todos los casos positivos fueron tratados con éxito, aunque el riesgo de nuevos contagios sigue latente por la presencia de la enfermedad en otros países de la región.

El viceministro de Agricultura, Óscar Domínguez, explicó que las brigadas sanitarias continúan desplegadas en todo el país, pero en varias zonas ya no se registran infecciones activas. "Representamos solo el 3,6 % de los casos regionales y todos los animales reportados han sido curados", señaló durante una entrevista en el canal estatal.

Aunque no detalló el número exacto de contagios actuales, Domínguez recordó que en el punto más alto de la crisis la región acumuló alrededor de 150.000 casos, de los cuales El Salvador concentró unos 5.400, es decir, el 3,6 % del total.

El funcionario destacó que esta reducción no implica la desaparición del parásito ni de su vector, la mosca Cochliomyia hominivorax, sino que responde a un manejo sanitario constante. "El descenso en los contagios no significa que la mosca haya desaparecido. Puede estar en cualquier parte. Mientras otros países sigan reportando brotes, el riesgo permanece", advirtió.

Vigilancia y control para evitar rebrotes

El MAG mantiene un programa de control endémico para prevenir la reinfección, reforzando las campañas de vigilancia y atención veterinaria en zonas fronterizas y productivas. Domínguez insistió en que la movilización de animales infectados sigue siendo el principal factor de riesgo para la expansión del gusano barrenador, responsable de la reinfestación de la región tras más de 30 años de erradicación.

"El traslado de un animal enfermo puede provocar que las larvas caigan al suelo en áreas no afectadas, facilitando la reproducción de la mosca y la diseminación del parásito", explicó.

La enfermedad fue reintroducida en Centroamérica en 2024, con origen probable en la selva del Darién, Panamá, y desde allí se extendió hacia el norte. En El Salvador, el primer caso se confirmó en diciembre de 2024, tras tres décadas sin registros oficiales.

Desde entonces, y hasta el 28 de junio de 2025, las autoridades reportaron 2.973 casos confirmados y estiman que el 3 % de los casi 99.000 casos regionales se localizaron en el territorio salvadoreño.

El viceministro destacó la importancia de la cooperación regional para sostener el control logrado: "Mientras el resto de los países siga registrando la plaga, El Salvador debe mantener las medidas activas y continuar con la vigilancia veterinaria. La coordinación entre servicios sanitarios es fundamental para evitar una nueva diseminación".

Los animales de sangre caliente -bovinos, porcinos, equinos, caninos y fauna silvestre- son los principales huéspedes del gusano barrenador, que provoca heridas profundas donde las larvas se desarrollan alimentándose del tejido vivo.

La erradicación total requiere la detección temprana, el tratamiento inmediato y la eliminación de los focos de cría, tareas que el MAG realiza junto con productores y veterinarios locales.

El control logrado en 2025 refleja el impacto positivo de estas acciones, pero también la necesidad de mantener la vigilancia epidemiológica, especialmente en las zonas rurales y de frontera donde el riesgo de reinfección sigue siendo alto.

Agrolatam.com
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