MAG confirma reducción de casos de gusano barrenador y zonas libres en El Salvador
El ministerio asegura que algunas regiones ya no registran presencia del parásito, aunque los equipos sanitarios siguen activos en campo para evitar nuevos brotes.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) informó que en varias zonas de El Salvador ya no se reportan casos del gusano barrenador del ganado (GBG), una enfermedad que desde 2024 ha afectado al hato nacional y generado pérdidas en la producción pecuaria.
El viceministro de Agricultura, Óscar Domínguez, señaló que la disminución de casos es resultado de un trabajo articulado entre el Gobierno, los productores y las organizaciones civiles. "Ya tenemos zonas sin reporte de casos, pero el trabajo no para. El esfuerzo conjunto ha sido y sigue siendo clave", afirmó el funcionario.
Domínguez aseguró que los equipos de la Dirección General de Ganadería permanecen activos en el territorio, especialmente en las zonas de riesgo fronterizo, donde se mantiene una "vigilancia permanente" ante la presencia de la mosca Cochliomyia hominivorax, agente causante de la enfermedad.
El avance representa un alivio para el sector ganadero, que durante 2024 y los primeros meses de 2025 enfrentó un incremento sostenido de infestaciones en bovinos, equinos y animales de compañía. Sin embargo, el MAG no ha divulgado datos oficiales actualizados sobre el número de casos activos, ni ha publicado un nuevo boletín epidemiológico desde febrero de 2024.
Control sanitario y producción de biológicos nacionales
La reducción de casos coincide con la implementación de medidas preventivas y la producción local de insumos veterinarios para combatir el parásito. Entre ellos destaca un espray insecticida desarrollado por Laboratorios Labis, que se ha convertido en una herramienta clave dentro de las estrategias de control.
Según la empresa, entre julio y agosto de 2025 se distribuyeron más de 40.000 frascos del producto a nivel nacional, y se proyecta cerrar el año con 200.000 unidades comercializadas. El uso del espray se ha extendido entre ganaderos y pequeños productores como tratamiento preventivo y curativo en heridas abiertas, uno de los puntos críticos de infestación.
La Mesa Agropecuaria, Rural e Indígena, que agrupa a diversos gremios del campo, confirmó en septiembre que en el país no existían ni 100 casos activos y que la enfermedad se encuentra "controlada en el hato salvadoreño".
El coordinador de la Mesa, Mateo Rendón, explicó que la combinación de monitoreo constante, tratamiento oportuno y campañas educativas ha permitido interrumpir el ciclo de transmisión en la mayoría de las zonas productivas. "El desafío ahora es mantener la vigilancia y evitar el relajamiento", expresó.
Los reportes internacionales coinciden con esa tendencia. De acuerdo con el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), entre diciembre de 2024 y el 28 de junio de 2025, El Salvador acumuló 2.973 casos positivos, una cifra muy inferior al promedio regional, que a esa fecha superaba los 7.400 casos en Centroamérica y México.
No obstante, la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (SE-COMISCA) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) recomiendan no bajar la guardia y reforzar la cooperación binacional, especialmente con los países vecinos donde la enfermedad sigue activa.
El MAG mantiene su participación en el Programa Regional de Erradicación del Gusano Barrenador, que busca reducir a cero la presencia de la mosca mediante control químico, vigilancia entomológica y campañas de esterilización de insectos.
Domínguez subrayó que la prioridad del ministerio es consolidar zonas libres certificadas y reactivar el sistema de monitoreo en tiempo real. "El objetivo es garantizar que el país no vuelva a experimentar brotes como los de 2024 y proteger la salud animal y la productividad del campo", concluyó.
Con este avance, El Salvador se perfila como uno de los países de la región con mayor progreso en la contención del gusano barrenador, aunque el reto de la vigilancia epidemiológica sigue siendo permanente para evitar su reaparición.