El Salvador registra un quinto caso humano de gusano barrenador en medio del avance de la plaga
El Ministerio de Salud confirmó un nuevo caso de miasis en personas durante agosto, mientras la enfermedad sigue propagándose en animales.
El Ministerio de Salud de El Salvador reportó un quinto caso humano de miasis por gusano barrenador del ganado en la semana epidemiológica 34, correspondiente al período entre el 17 y el 23 de agosto de 2025. La notificación fue difundida en el boletín epidemiológico oficial, aunque no se dieron a conocer detalles sobre la ubicación, el género ni el estado de salud de la persona afectada.
Los primeros contagios en humanos fueron confirmados meses atrás. Tres de ellos se registraron en mayo, en las semanas epidemiológicas 20 y 22, mientras que el cuarto fue comunicado a mediados de agosto. La confirmación de este quinto caso reafirma la preocupación sanitaria sobre la reaparición de una plaga que había sido erradicada durante tres décadas en el país.
La miasis causada por el gusano barrenador se produce cuando la mosca hembra deposita sus huevos en heridas superficiales o mucosas. Al eclosionar, las larvas se alimentan de tejidos vivos y fluidos, provocando lesiones graves tanto en animales como en personas.
Una plaga que avanza en animales
El gusano barrenador volvió a detectarse en El Salvador en diciembre de 2024, tras 30 años de ausencia. El primer hallazgo se produjo en un bovino y un perro en el oriente del país. Desde entonces, la plaga se ha propagado de forma sostenida en el territorio, generando alarma en productores y autoridades sanitarias.
Según datos del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa), hasta el 28 de junio de 2025 se habían contabilizado 2.973 casos positivos acumulados en animales. La cifra refleja la magnitud del brote, que afecta a bovinos, perros y otras especies, con riesgo de expansión hacia regiones vecinas.
En julio, el ministro de Salud, Francisco Alabi, había asegurado que las tres primeras personas diagnosticadas ya estaban recuperadas. Más recientemente, el 5 de agosto, negó versiones que hablaban de un contagio en una niña, subrayando que la vigilancia epidemiológica continúa activa en todo el país.
El problema también ha tenido impacto en el ámbito rural. Productores advirtieron sobre focos de contaminación originados en perros que mueren a causa de la plaga y cuyos cuerpos son arrojados en quebradas o barrancos, lo que favorece la propagación de la mosca en zonas pobladas.
La confirmación de este quinto caso humano vuelve a poner en primer plano la amenaza que representa el gusano barrenador, no solo para la salud pública, sino también para la producción agropecuaria y la seguridad alimentaria. El control de la plaga requiere coordinación regional, programas de erradicación y medidas de bioseguridad que eviten su diseminación.
La experiencia de décadas pasadas muestra que su erradicación es posible, pero demanda recursos sostenidos, vigilancia epidemiológica y campañas de concientización tanto en el sector pecuario como en la población general. Mientras tanto, las autoridades sanitarias salvadoreñas mantienen el llamado a reportar cualquier caso sospechoso en animales o personas para actuar con rapidez.