La Federación Rural alerta sobre el deterioro del rubro ovino y exige un plan de rescate inmediato
La gremial advirtió que la decadencia del sector ovino en Uruguay es tan grave que se necesita una política de "shock" para evitar su desaparición y proteger el empleo rural.
Una voz de alarma resonó fuerte esta semana en el agro uruguayo, cuando la Federación Rural alertó sobre la situación crítica que atraviesa el rubro ovino. La entidad calificó de "decadente" el presente del sector y reclamó la implementación de una política de shock para evitar su extinción en el mediano plazo, haciendo foco en el empleo, el arraigo y la cultura productiva vinculada a esta actividad tradicional.
Durante un reciente encuentro con autoridades, la gremial planteó que la caída sostenida del stock ovino, las dificultades de competitividad y el aumento de ataques de predadores están diezmando la rentabilidad de los productores, al punto de empujarlos a abandonar el rubro. Según estimaciones sectoriales, Uruguay perdió más de la mitad de su stock ovino en las últimas dos décadas, una cifra que preocupa a toda la cadena cárnica y textil asociada.
La Federación Rural sostiene que la situación requiere medidas urgentes y contundentes. Entre las propuestas planteadas, destacan incentivos fiscales, apoyo a la incorporación de tecnología, mayor control de predadores y la mejora de la infraestructura para esquila y comercialización de lana y carne ovina.
También se remarcó la importancia de trabajar en campañas de consumo interno de carne ovina y abrir nuevos mercados de exportación, con la mirada puesta en el valor agregado y la trazabilidad que hoy demanda el mundo. Para la gremial, sin estos cambios estructurales, el sector ovino podría llegar a un punto de no retorno, perdiendo un legado productivo que forma parte de la identidad del agro uruguayo.
El presidente de la Federación Rural advirtió que si no se adoptan decisiones inmediatas, "en pocos años nos vamos a arrepentir de no haber salvado un rubro que genera empleo, arraigo y oportunidades en el interior".
Desde el ámbito oficial, se reconoció la preocupación de los productores, aunque aún no se anunciaron planes concretos. El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca se comprometió a dialogar con las gremiales para elaborar estrategias de salvataje, pero la Federación Rural insistió en que el tiempo apremia.
Los datos recientes confirman que la faena ovina viene cayendo, con menos animales enviados a los frigoríficos y menos lana comercializada, a la vez que se reducen las majadas en predios familiares y medianos. Esto golpea particularmente a pequeños productores, para quienes el ovino representa una de las pocas alternativas viables de diversificación en zonas de campo natural.
La Federación Rural reafirmó su disposición a colaborar en la elaboración de un plan de rescate, pero subrayó que no alcanza con medidas parciales: "hay que apuntar a una política de shock" que sea capaz de revertir el ciclo descendente, fortalecer la producción y sostener el tejido rural que depende de este rubro.
En un escenario de incertidumbre climática y altos costos, la gremial advirtió que la caída del ovino es un síntoma de problemas más profundos de la competitividad agropecuaria uruguaya, y que su recuperación podría servir como ejemplo para otros sectores en riesgo.