Conejos contra el hambre: un proyecto nacido en EE.UU. transforma la seguridad alimentaria en Guatemala
Desde Starkville hasta las tierras altas de Guatemala, un proyecto que combina formación universitaria con producción de carne de conejo está mejorando la nutrición familiar y enseñando a ver la ganadería desde otra perspectiva.
Del aula al corral: cómo un proyecto universitario está combatiendo la desnutrición con conejos
Lo que comenzó como una iniciativa educativa en Mississippi State University, hoy se ha convertido en una herramienta concreta para mejorar la seguridad alimentaria en zonas rurales de Guatemala. El Guatemala Rabbit Project, lanzado en 2019, ya ha impactado a comunidades de las Tierras Altas Occidentales, con un enfoque centrado en la producción de carne de conejo como fuente de proteína accesible y nutritiva.
La impulsora del proyecto, Dra. Jessica Graves, directora de Desarrollo de Capacidades Internacionales del M4 Institute, asegura que su historia personal con los conejos -criados en la granja de su abuela- fue el punto de partida para una vida dedicada a la ganadería como herramienta educativa y transformadora.
"El proyecto surgió como una oportunidad para enseñar a los estudiantes sobre especies menores de ganado, pero también como una forma de responder a desafíos reales de nutrición en comunidades rurales", explicó Graves.
El programa no se limita a la cría de los animales. También incluye capacitación práctica en manejo, sanidad, faena humanitaria y cocina, bajo un enfoque "de la granja al tenedor" que involucra activamente a las comunidades locales.
Cada año, un equipo de estudiantes viaja a Guatemala para desarrollar talleres y compartir conocimientos con productores rurales. Para ellos, la experiencia también es transformadora. "Aprendí tanto o más de las personas locales como lo que pude enseñarles", dijo Julia Bonner, estudiante y asistente en la granja experimental MSU South Farm.
Pequeños animales, grandes impactos: por qué el conejo es clave en contextos vulnerables
¿Por qué conejos? La respuesta es tan lógica como estratégica: ocupan poco espacio, crecen rápido, se reproducen con facilidad y ofrecen una carne rica en proteínas. En contextos de pobreza y acceso limitado a otras fuentes de proteína, estos animales pueden marcar la diferencia.
Graves subraya que el enfoque del proyecto busca cambiar la mirada sobre la producción animal: "Tenemos que ver al conejo como un recurso alimenticio valioso, y entender que su impacto en la nutrición familiar puede ser profundo y duradero".
Además del impacto inmediato en las comunidades, el programa permite a los estudiantes conectar desafíos globales con realidades locales, aplicando lo aprendido en sus propios contextos rurales. "Vincular lo que pasa en nuestras comunidades con los problemas globales de hambre y hacerlo desde la agricultura es algo que llevo muy cerca del corazón", expresó Graves.
A medida que el Guatemala Rabbit Project sigue creciendo, su creadora mantiene una visión amplia: expandir el modelo a otras regiones del mundo, siempre con la convicción de que la seguridad alimentaria también puede nacer en un corral pequeño, con un puñado de conejos y mucha voluntad de enseñar y aprender.