Cabras, queso y desarrollo rural: Honduras impulsa una nueva cadena productiva en su zona oriental
La SAG busca fortalecer la producción de queso de cabra como alternativa agroindustrial en zonas de bajos ingresos. Capacitación, asistencia técnica y vínculo con mercados forman parte del proyecto, que apunta a dinamizar el desarrollo local.
Una apuesta por el valor agregado rural
Honduras avanza en la diversificación de su agro a través de cadenas productivas con alto potencial de inclusión. En esta línea, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) lanzó una estrategia para impulsar la producción de queso de cabra en la zona oriental del país, con apoyo técnico de la Dirección General de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (DICTA). La iniciativa busca dinamizar territorios históricamente rezagados mediante el fortalecimiento de la producción caprina, el agregado de valor y el acceso a mercados.
La producción de cabras representa una oportunidad concreta para pequeños productores de áreas rurales. Su capacidad de adaptación a suelos pobres, la eficiencia en el consumo de forraje, y la posibilidad de generar productos de nicho como el queso de cabra artesanal, hacen de esta cadena una herramienta clave para el desarrollo local. El proyecto apunta no solo a incrementar la productividad, sino también a organizar a los actores del territorio, transferir tecnologías, mejorar las prácticas de ordeño y procesamiento, y acompañar el camino hacia la formalización.
La estrategia contempla capacitaciones técnicas, jornadas de campo, producción de forrajes adaptados, sanidad animal preventiva y desarrollo de emprendimientos familiares. Todo esto con una visión integral de cadena de valor, que incluye también aspectos de rotulado, comercialización, diseño de envases y vínculo con ferias agroalimentarias o mercados institucionales.
Además de ser una alternativa económica, la leche de cabra es un alimento funcional con alto valor nutricional, bien valorado por consumidores con intolerancia a la lactosa y por segmentos gourmet. Esto abre la posibilidad de posicionar el queso de cabra hondureño en mercados diferenciados, incluso más allá de las fronteras.
Inclusión, emprendimiento y dinamización territorial
Uno de los aspectos más destacados del programa es su enfoque inclusivo. Las mujeres rurales son parte central de la estrategia, tanto en la producción como en la transformación y comercialización. En muchas comunidades, las cabras ya forman parte del entorno doméstico, pero sin que exista un aprovechamiento económico real. La SAG busca revertir esa situación y acompañar el tránsito desde la subsistencia hacia un modelo más sostenible, rentable y tecnificado.
La región oriental, donde se concentra la intervención, cuenta con condiciones propicias para el desarrollo de esta cadena: clima seco, baja densidad poblacional y presencia de pequeños productores con necesidad de alternativas productivas. El queso de cabra puede actuar como vehículo de arraigo rural, generación de ingresos y seguridad alimentaria, elementos fundamentales para combatir la migración y revitalizar economías locales.
Este impulso al sector caprino se alinea con experiencias exitosas en otros países de América Latina, donde la producción de quesos artesanales ha permitido recuperar saberes tradicionales, generar empleo joven y potenciar el turismo rural. Honduras, con esta apuesta, se suma a una tendencia que combina innovación, inclusión y desarrollo sostenible desde el territorio.
El apoyo de la SAG y DICTA también contempla la articulación con otros actores institucionales, como gobiernos municipales, universidades y cooperantes internacionales. El objetivo de fondo es construir una política pública sostenible para el sector caprino, que tenga continuidad más allá de los ciclos administrativos.
El queso de cabra, en este contexto, no es solo un producto, sino una oportunidad concreta para transformar realidades. Con planificación, inversión y acompañamiento técnico, puede convertirse en símbolo de una nueva ruralidad más dinámica, más equitativa y con futuro.