Brasil

Estados Unidos investiga el etanol brasileño: preocupación en las usinas del Nordeste

Un nuevo frente comercial se abre entre EE. UU. y Brasil y pone en alerta a uno de los sectores más estratégicos del agro brasileño.

El Departamento de Comercio de los Estados Unidos abrió una investigación formal para evaluar si Brasil está exportando etanol a precios por debajo del valor de mercado, lo que constituiría una práctica de dumping. La decisión fue impulsada por asociaciones de productores estadounidenses, que acusan al país sudamericano de competir de forma desleal en el mercado internacional.

Además del dumping, la investigación también incluye un análisis sobre presuntos subsidios estatales brasileños a la industria de biocombustibles, que podrían estar distorsionando la competencia. Aunque las entidades brasileñas niegan categóricamente la existencia de incentivos injustos, el proceso ya genera un clima de incertidumbre comercial que inquieta al sector.

El impacto en el Nordeste

El Nordeste brasileño es una región especialmente vulnerable frente a esta situación. Con un mercado interno limitado, la mayoría de las usinas de etanol del Nordeste dependen en gran medida de las exportaciones, especialmente al mercado norteamericano. De acuerdo con la Unión Nordestina de Productores de Caña (Unida), más del 80% del etanol producido en la región se destina a la exportación.

"Esto no es solo un tema comercial, es una amenaza directa al desarrollo de nuestra región", advirtió Alexandre Andrade Lima, presidente de Unida. "Miles de empleos y pequeñas economías locales dependen de esta cadena productiva", agregó.

El temor es que, si Estados Unidos impone aranceles adicionales al etanol brasileño como medida punitiva, las usinas del Nordeste perderán competitividad frente a otros proveedores, como el etanol de maíz estadounidense. Esto podría traducirse en cancelación de contratos, baja en los precios y reducción de la producción, afectando directamente a los productores y trabajadores.

Cifras clave del sector

  • En la última campaña, el Nordeste produjo más de 2.000 millones de litros de etanol, según datos del Ministerio de Agricultura.

  • El sector sucroenergético genera alrededor de 250.000 empleos directos e indirectos en la región.

  • Las exportaciones de etanol representan uno de los principales ingresos de divisas para varios estados nordestinos.

La región compite con desventajas estructurales frente al Centro-Sur del país, donde están ubicadas las grandes usinas con acceso al mercado interno y mejores condiciones logísticas. Por eso, cualquier barrera externa tiene un efecto desproporcionado sobre el Nordeste.

Reacciones y estrategia

Tanto el gobierno brasileño como las entidades empresariales han manifestado su preocupación. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores se inició una ofensiva diplomática para demostrar que Brasil cumple con las reglas internacionales de comercio y que el etanol brasileño, especialmente el de caña de azúcar, tiene un componente ambiental positivo superior al etanol de maíz.

La consultora Datagro alertó que una posible imposición de aranceles por parte de EE. UU. podría generar pérdidas de hasta 100 millones de dólares anuales para las usinas brasileñas, afectando especialmente al Nordeste.

Por su parte, la organización NovaBio, que representa a las industrias del sector, considera que la medida forma parte de una presión política para que Brasil reduzca sus propias tarifas al etanol estadounidense.

"No se trata de subsidios. El gobierno federal no da beneficios diferenciales al etanol del Nordeste. Lo que está en juego es un movimiento geopolítico para proteger la producción norteamericana", advirtió Renato Cunha, presidente de NovaBio.

Un conflicto que trasciende lo comercial

El etanol brasileño está reconocido por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE. UU. como un biocombustible avanzado, por su menor impacto ambiental en comparación con otros combustibles. Desde el punto de vista ambiental, muchos analistas señalan que poner trabas al etanol brasileño iría en contra de los objetivos de sostenibilidad que promueve Washington.

Además, el episodio podría escalar y afectar otros sectores. El ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, insinuó que el país podría responder con medidas similares si se avanza con sanciones unilaterales. El tema ya se discute en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Lo que viene

La investigación del Departamento de Comercio podría tardar entre 12 y 18 meses en resolverse. Mientras tanto, el solo anuncio del proceso ya genera repercusiones negativas en el comercio bilateral y aumenta la volatilidad de los mercados.

En paralelo, los productores brasileños buscarán acelerar acuerdos con nuevos destinos de exportación para diversificar sus ventas y reducir su dependencia del mercado estadounidense. Sin embargo, eso no es sencillo ni inmediato.


Agrolatam.com
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