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México enfrenta brote de gusano barrenador: tres muertes humanas y más de 480 casos en animales en Yucatán

El Cochliomyia hominivorax, parásito que provoca miasis, volvió a expandirse en el sureste mexicano. Autoridades sanitarias refuerzan acciones tras el registro de tres fallecimientos y contagios en 69 municipios.

México atraviesa una reaparición preocupante del gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax), un parásito cuya larva se alimenta de tejido vivo y provoca infecciones graves conocidas como miasis. El brote ya ha dejado consecuencias fatales en humanos: en septiembre de 2025 se confirmaron los fallecimientos de tres mujeres de edad avanzada, una de ellas en Campeche, otra en Chiapas y la tercera en la Península de Yucatán.

Los casos fatales estuvieron asociados a infecciones no detectadas a tiempo en heridas abiertas, que progresaron rápidamente. Una de las víctimas, de 86 años en Campeche, padecía cáncer y otras enfermedades que la hicieron más vulnerable. La mujer de Yucatán presentó una infección que evolucionó en pocos días y no pudo ser controlada médicamente.

La emergencia ha puesto en alerta al sureste del país, especialmente en el estado de Yucatán, donde se han contabilizado más de 480 casos en animales y tres infecciones humanas adicionales, entre ellas la de un hombre de 47 años en Mérida. El parásito se ha extendido ya en 69 municipios, lo que motivó la coordinación entre la Secretaría de Desarrollo Rural de Yucatán (Seder) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) para reforzar las tareas de control.

El gusano barrenador prospera en climas tropicales y en condiciones de higiene deficiente, donde encuentra heridas abiertas en humanos y animales para depositar sus huevos. Una vez que las larvas eclosionan, comienzan a alimentarse del tejido vivo, debilitando rápidamente al organismo afectado. Si no se trata de inmediato, la infección puede causar necrosis, sepsis y, en casos extremos, la muerte.

Los especialistas advierten que, aunque históricamente el parásito afectó más al ganado bovino y otras especies domésticas, los casos humanos no deben subestimarse, ya que suelen ocurrir en poblaciones vulnerables, con heridas desatendidas o acceso limitado a servicios de salud. En el sector pecuario, la infestación reduce la productividad, genera costos adicionales en tratamientos veterinarios y compromete la sanidad animal, con impacto directo en las cadenas de exportación.

Ante la situación, las autoridades recomiendan mantener una vigilancia estricta de heridas en personas, mascotas y animales de producción, aplicar medidas de higiene rigurosas y acudir de inmediato a un centro de salud si aparecen síntomas como dolor, inflamación o presencia de larvas en heridas. Asimismo, se intensifican campañas de información pública y se refuerzan protocolos de detección rápida para evitar una mayor propagación.

El brote actual subraya la necesidad de programas de vigilancia epidemiológica sostenidos y de coordinación entre los sectores de salud humana y sanidad animal. La experiencia internacional demuestra que el control del gusano barrenador requiere tanto de educación comunitaria como de tecnologías de control biológico, como la liberación de moscas estériles, estrategia que México y Centroamérica aplicaron en décadas pasadas con buenos resultados.

Mientras tanto, la recomendación para las comunidades es clara: higiene, prevención y atención temprana son la mejor herramienta para contener al gusano barrenador y evitar nuevas pérdidas humanas y económicas en la región.

Agrolatam.com
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