México

Exportaciones agroalimentarias de México caen 4,4% en medio de plagas, sanciones y tensiones comerciales

En siete meses, las ventas externas del agro mexicano sumaron 31.914 millones de dólares, una baja interanual de 4,4%. La caída responde a la "tormenta perfecta": el avance del gusano barrenador, sanciones al tomate y fricciones en el marco del T-MEC.

El sector agroalimentario de México, uno de los pilares de su economía y de su inserción internacional, atraviesa un año complejo. Entre enero y julio de 2025, las exportaciones agropecuarias y agroindustriales alcanzaron 31.914 millones de dólares, lo que representa una caída del 4,4% frente a los 33.384 millones de dólares del mismo periodo de 2024, según datos del Banco de México.

El retroceso refleja una combinación de factores internos y externos que conforman una auténtica tormenta perfecta para el comercio agroalimentario: la reaparición del gusano barrenador en el hato ganadero, las sanciones y restricciones al tomate mexicano en el mercado estadounidense y las tensiones regulatorias y arancelarias en el marco del T-MEC.

El impacto del gusano barrenador

La detección de casos de gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) en la frontera sur encendió las alarmas sanitarias. Esta plaga parasitaria, que afecta a bovinos, ovinos y caprinos, obliga a los productores a extremar cuidados y limita la movilidad del ganado en áreas de riesgo. La necesidad de reforzar los controles sanitarios ha generado costos adicionales para el sector pecuario y pone en juego la confianza de algunos compradores internacionales.

México, que se había declarado libre de esta plaga en 1991, enfrenta ahora la presión de mantener su estatus sanitario frente a organismos internacionales y socios comerciales. Un deterioro en la percepción sanitaria podría restringir el acceso a mercados clave, especialmente en América del Norte.

Tomate bajo sanciones

El tomate mexicano, uno de los productos estrella de exportación, enfrenta nuevos obstáculos en Estados Unidos. En los últimos meses, el Departamento de Comercio estadounidense reforzó las medidas antidumping y estableció controles más estrictos en frontera, lo que ha generado demoras, costos adicionales y una merma en los envíos.

Las sanciones afectan particularmente a productores de Sinaloa, Baja California y San Luis Potosí, que dependen en gran medida del mercado estadounidense. Dado que más del 90% del tomate exportado por México se dirige a EE.UU., cualquier fricción regulatoria tiene un impacto inmediato en el volumen exportado y en los precios internos.

Fricciones en el T-MEC

A lo anterior se suman las tensiones comerciales en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). En particular, se han intensificado las diferencias en temas como el uso de agroquímicos, las políticas de maíz transgénico y los subsidios agrícolas.

Estados Unidos y Canadá han elevado el tono en consultas formales, lo que genera un clima de incertidumbre para los exportadores mexicanos. La posibilidad de arbitrajes y represalias comerciales preocupa al sector, que depende en gran medida del acceso preferencial al mercado norteamericano.

Pese a la caída global de las exportaciones, algunos rubros muestran resiliencia. El aguacate, por ejemplo, mantiene niveles sólidos de venta gracias a la demanda en EE.UU. durante la temporada de eventos deportivos. Productos como el berry mexicano también sostienen su competitividad, destacando en nichos de alto valor por sus certificaciones de sostenibilidad y trazabilidad.

Al mismo tiempo, se intensifican las gestiones diplomáticas y comerciales para diversificar destinos. Asia y Europa aparecen como mercados de interés para productos como miel, carne bovina y hortalizas frescas, aunque los retos logísticos y de certificación siguen siendo elevados.

La caída del 4,4% en los primeros siete meses de 2025 es un llamado de atención para el agro mexicano. Si bien la cifra no compromete aún el liderazgo del país como potencia agroexportadora de América Latina, sí refleja la necesidad de fortalecer políticas sanitarias, renegociar condiciones más justas en el T-MEC y acelerar la apertura de nuevos destinos.

Los expertos advierten que, de no resolverse las tensiones actuales, el sector podría cerrar el año con una contracción superior al 5%, lo que afectaría no solo el ingreso de divisas, sino también el empleo en zonas rurales vinculadas a la exportación.

La tormenta perfecta del 2025 muestra que, aunque México ha construido una sólida plataforma exportadora en las últimas décadas, su dependencia de un número reducido de productos y mercados lo hace vulnerable a plagas, sanciones y conflictos comerciales.

Agrolatam.com
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