México detecta parásito que amenaza a la ganadería a pocos kilómetros de EE.UU.
El hallazgo en Sabinas Hidalgo (Nuevo León) mantiene en alerta al sector ganadero y refuerza los controles fronterizos, mientras el USDA evalúa liberar moscas estériles para contener la plaga.
El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) de México confirmó un nuevo caso de gusano barrenador del Nuevo Mundo (Cochliomyia hominivorax) en el municipio de Sabinas Hidalgo, Nuevo León, a menos de 113 kilómetros de la frontera con Estados Unidos.
La información fue difundida por el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), que subrayó la gravedad del hallazgo por su proximidad a territorio estadounidense y el impacto potencial en la industria ganadera.
El gusano barrenador es una larva de mosca que se alimenta del tejido vivo de animales y, en algunos casos, de humanos. Se trata de un parásito de gran importancia zoosanitaria, declarado de relevancia internacional por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), ya que puede provocar la muerte de animales infectados si no se trata a tiempo.
La plaga ha avanzado desde Centroamérica y el sur de México hacia el norte, incrementando el riesgo de propagación a Estados Unidos. Por esa razón, el gobierno estadounidense mantiene desde mayo una restricción casi total a la importación de ganado mexicano, una medida que busca proteger a su industria bovina, una de las más grandes del mundo.
Estrategia de control
En su comunicado, el USDA indicó que analiza liberar moscas estériles en la región afectada, como parte de la estrategia de erradicación que históricamente ha resultado efectiva para contener brotes de este parásito en América.
Este método, implementado por primera vez en la década de 1950, consiste en criar moscas barrenadoras en condiciones controladas, esterilizarlas mediante radiación y liberarlas en áreas endémicas. Al aparearse con hembras fértiles, interrumpen el ciclo reproductivo, lo que reduce drásticamente la población de la plaga.
En agosto, se reportó un caso humano de gusano barrenador en Estados Unidos, aunque las autoridades aclararon que no representaba riesgo para el sector agropecuario. Sin embargo, la detección en Nuevo León, en una zona limítrofe con Texas, elevó la preocupación, ya que la frontera es un punto clave para el comercio y tránsito de ganado.
El gusano barrenador ya había causado pérdidas millonarias en países del Caribe y América Central, donde fue necesario implementar campañas de erradicación a gran escala. La experiencia más reciente se registró en República Dominicana, donde se desplegó una operación conjunta entre el USDA, la OMSA y las autoridades locales para eliminar la plaga.
Impacto económico y sanitario
El riesgo para México y Estados Unidos no se limita a la salud animal, sino también a la economía. La industria ganadera mexicana genera millones de empleos y aporta significativamente a las exportaciones agropecuarias, especialmente hacia EE.UU., su principal socio comercial.
La continuidad del cierre parcial de la frontera podría tener consecuencias serias para productores y exportadores. En EE.UU., un brote de gusano barrenador representaría costos enormes en tratamientos veterinarios, sacrificios preventivos y pérdida de competitividad internacional.
Especialistas coinciden en que la detección temprana y la acción coordinada entre México y Estados Unidos serán claves para contener la plaga. El USDA reiteró su compromiso de trabajar con las autoridades mexicanas y "pursue all options" (explorar todas las opciones) para evitar que el gusano barrenador cruce la frontera.
Mientras tanto, ganaderos de ambos lados de la frontera permanecen en estado de alerta, conscientes de que la sanidad animal es un elemento central para la seguridad alimentaria y la estabilidad económica de la región.