Palta peruana busca conquistar mercados emergentes ante la sobreoferta y desafíos logísticos
El crecimiento sostenido de la producción obliga a diversificar destinos y mejorar la logística, mientras productores temen caídas de precios por la saturación de mercados tradicionales.
El auge de la palta peruana en los últimos años se ha convertido en un motivo de orgullo y también en un desafío estratégico para el país. Con una producción en constante expansión y rendimientos crecientes, Perú ha logrado posicionarse como uno de los mayores exportadores mundiales del fruto. Sin embargo, este éxito abre un nuevo escenario de riesgo: la sobreoferta amenaza saturar mercados tradicionales, empujando a productores y exportadores a buscar con urgencia destinos alternativos y a resolver cuellos de botella logísticos que encarecen la competitividad.
Según asociaciones del sector, la superficie sembrada de palta en Perú ha crecido de forma sostenida en la última década, impulsada por la alta rentabilidad y la demanda internacional, especialmente en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, estos mercados comienzan a mostrar señales de saturación, con precios a la baja y mayor competencia de países como México, Colombia, Chile y Kenia.
Los exportadores peruanos están mirando con atención a mercados emergentes como India, China, Corea del Sur y países de Oriente Medio, donde el consumo de palta aún es incipiente pero muestra potencial de crecimiento por tendencias de alimentación saludable. Ingresar a esos destinos, sin embargo, implica sortear retos sanitarios, normativos y de infraestructura de transporte, además de consolidar acuerdos comerciales estables.
Un aspecto crítico que destaca el sector es la logística. Los costos de transporte, la congestión portuaria y la falta de espacios de refrigeración en puntos estratégicos generan cuellos de botella que pueden deteriorar la calidad de la fruta y reducir márgenes de rentabilidad. Especialistas advierten que para sostener la competitividad global es imprescindible invertir en infraestructura de frío, ampliar corredores logísticos y contar con servicios de transporte más ágiles y seguros.
Productores agrupados en cooperativas y asociaciones vienen solicitando el apoyo del gobierno para acceder a créditos y financiamientos que les permitan adaptarse a las nuevas exigencias. También reclaman acompañamiento técnico para cumplir las rigurosas exigencias fitosanitarias de los nuevos mercados, y campañas de promoción que posicionen a la palta peruana como un producto premium, más allá de los mercados tradicionales.
El temor a una caída brusca de precios ante el exceso de oferta preocupa especialmente a los medianos y pequeños productores, que dependen de la exportación para sostener su economía familiar. Algunos ya evalúan alternativas de diversificación agrícola para no quedar expuestos a la volatilidad del mercado internacional, mientras otros se aferran a la expectativa de que la demanda global continúe creciendo.
Perú mantiene un posicionamiento fuerte en el comercio mundial de palta gracias a la calidad de su producción, los avances en certificaciones de sostenibilidad y su ventaja estacional para abastecer mercados en el hemisferio norte. No obstante, las amenazas de saturación y la competencia creciente obligan a redoblar esfuerzos en inteligencia de mercados, infraestructura y negociación comercial.
Los gremios del sector resaltan que la palta se ha convertido en un emblema del agro peruano, generando empleo y dinamizando economías locales en regiones como La Libertad, Lambayeque y Arequipa. Sostener este motor económico implica articular políticas públicas y privadas que fortalezcan su posicionamiento, garanticen precios justos al productor y aseguren cadenas logísticas eficientes desde la chacra hasta el consumidor final.
El futuro de la palta peruana dependerá de su capacidad para diversificar destinos, innovar en logística y adaptarse a los desafíos globales de un mercado cada vez más exigente y competitivo. El reto es grande, pero el potencial también lo es, y miles de familias vinculadas a este cultivo esperan que las estrategias de apertura de mercados y mejora de infraestructura logren consolidar la sostenibilidad del sector en los próximos años.