Paraguay

El despegue del cerdo paraguayo: producción récord y nuevos mercados.

El país vive una etapa de expansión inédita en su industria porcina, con inversiones en marcha, más faena, consumo creciente y una apertura comercial que ya trasciende la región.

El sector porcino paraguayo se consolida como uno de los más dinámicos del agro nacional. 2025 quedará marcado como un año histórico para la producción y la industria del cerdo, con indicadores que reflejan crecimiento en todos los frentes: mayor volumen de carne, precios firmes, inversiones en infraestructura y mercados internacionales en expansión.

Productores y analistas coinciden en que la combinación entre una demanda externa sostenida y un consumo interno en aumento está impulsando un ciclo de desarrollo sin precedentes. "El año que vivimos debería repetirse por dos décadas", afirman desde el sector, al describir un escenario de plena confianza y rentabilidad.

El rubro no solo consolidó su posición dentro del mercado local, sino que logró afirmarse como proveedor estable en Asia, particularmente en países que valoran la trazabilidad y calidad del producto paraguayo. En paralelo, nuevas oportunidades comienzan a abrirse en otros destinos del continente y del Pacífico.

Inversión, capacidad y expansión regional

El impulso exportador viene acompañado de una expansión industrial significativa. En distintas regiones del país se están instalando nuevas plantas de procesamiento y se amplían las ya existentes, lo que permitirá elevar la capacidad de faena y dar respuesta al aumento proyectado de la producción.
Actualmente, la capacidad industrial supera a la oferta primaria, un factor que mantiene precios estables y márgenes favorables para los criadores, al tiempo que estimula nuevas inversiones en genética, alimentación y manejo sanitario.

De acuerdo con las proyecciones del sector, entre 2025 y 2028 la producción porcina podría duplicarse, acompañada por una modernización de las plantas frigoríficas y nuevas líneas de exportación. Para finales de la década, se estima que el país contará con infraestructura suficiente para procesar todo el crecimiento proyectado, sin depender de capacidad externa.

El mercado internacional es hoy el gran motor del negocio. Paraguay se ha ganado un lugar entre los países proveedores de carne porcina de alta calidad, especialmente en el sudeste asiático. Las exportaciones hacia Asia continúan marcando el ritmo del crecimiento, con un fuerte posicionamiento en el segmento de cortes premium.
A su vez, nuevas auditorías y misiones sanitarias realizadas por organismos extranjeros confirman el interés de nuevos compradores y amplían la red de destinos potenciales para la carne nacional.

En el plano interno, la demanda doméstica también muestra un repunte sostenido. Los consumidores paraguayos incorporan cada vez más la carne de cerdo a su dieta, favorecidos por precios competitivos y campañas de promoción que derribaron antiguos prejuicios sobre su consumo. Este cambio cultural es considerado por los productores como una de las transformaciones más notables de los últimos años.

El dinamismo de la cadena porcina se apoya, además, en una creciente profesionalización técnica y en la adopción de modelos de producción más eficientes y sustentables, que incluyen mejoras en bioseguridad, alimentación balanceada y bienestar animal.
El resultado es un producto competitivo, con trazabilidad y respaldo sanitario, capaz de acceder a mercados exigentes y sostener su reputación internacional.

Aunque el panorama inmediato es optimista, el desafío será mantener el ritmo de crecimiento sin generar sobreoferta, especialmente en los próximos años, cuando entren en funcionamiento las nuevas plantas industriales.
Los analistas prevén que, hacia finales de 2028, la producción nacional habrá alcanzado un nivel que permitirá abastecer plenamente a la industria frigorífica, consolidando a Paraguay como referente regional en carne porcina.

Agrolatam.com
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