Paraguay reafirma su apuesta por la vacunación sistemática como pilar central para mantener la sanidad de su rodeo y garantizar la apertura de mercados internacionales de carne vacuna. Así lo expresó Elías Saad, presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), quien defendió la estrategia sanitaria actual, destacando que el país está "bien, ganando mercados y con una vacunación estable, sin razones para cambiar eso".

Saad remarcó que la vacunación contra la fiebre aftosa ha sido fundamental para posicionar la carne paraguaya como un producto seguro y confiable, condición imprescindible para seguir creciendo en volumen y valor de exportación. Actualmente, Paraguay cuenta con mercados consolidados en Chile, Brasil, Rusia, Taiwán e Israel, y explora nuevas oportunidades en países de alto poder adquisitivo, lo que refuerza la necesidad de sostener estrictos estándares sanitarios.

Según el dirigente rural, cualquier intento de modificar el calendario o la obligatoriedad de las campañas de vacunación podría poner en riesgo décadas de esfuerzo conjunto entre productores, veterinarios y autoridades sanitarias. "No podemos darnos el lujo de retroceder cuando hay tanto en juego", advirtió, subrayando el impacto que un eventual brote de aftosa tendría no solo en la ganadería, sino en la imagen internacional del país.

El esquema de vacunación paraguayo contempla dos periodos al año y un seguimiento riguroso de las coberturas, con apoyo técnico y logístico en todo el territorio. Esta organización ha permitido que Paraguay logre mantener un estatus sanitario de excelencia, reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal, lo que facilita la apertura de mercados y reduce trabas sanitarias en destinos exigentes.

Saad destacó además el compromiso de los productores, que año tras año cumplen con las vacunaciones obligatorias y colaboran con los entes de control para garantizar la inmunización del hato nacional. Este compromiso colectivo, agregó, se convierte en un escudo protector frente a amenazas epidemiológicas que podrían poner en riesgo la seguridad alimentaria y la economía rural.

El modelo paraguayo también se convierte en referencia para otros países de la región que buscan mantener libre su estatus sanitario, apostando a la prevención como herramienta más efectiva y económica frente a posibles brotes. Para la ARP, la experiencia paraguaya demuestra que la vacunación sistemática no solo es viable, sino indispensable en un mundo donde la sanidad animal es observada con lupa por los consumidores.

En cuanto a las perspectivas comerciales, Saad mencionó que Paraguay se encuentra en una etapa de expansión, con oportunidades de abrir nuevos destinos gracias a su reputación sanitaria. Este contexto, subrayó, obliga a actuar con responsabilidad y no relajar los controles ni la vigilancia epidemiológica.

La defensa de la vacunación estable aparece como una estrategia consensuada y de amplio respaldo en el sector ganadero paraguayo. Para Elías Saad y la dirigencia rural, se trata de proteger un modelo exitoso que ha permitido al país posicionarse como un jugador relevante en la exportación mundial de carne, sosteniendo miles de empleos y dinamizando la economía.