El aceite de limón peruano ha mostrado un desempeño sólido en el comercio exterior durante 2025. Según cifras oficiales, entre enero y agosto se exportaron 819.674 kilos de este derivado cítrico, con un valor FOB de US$ 49.915.795.

El principal destino fue Estados Unidos, que absorbió más de la mitad del total, seguido por países europeos como Ucrania, Irlanda, Reino Unido e Italia. Estos mercados emplean el aceite esencial de limón en industrias tan diversas como la alimentaria, de bebidas, cosmética, farmacéutica y de aromaterapia, donde existe una creciente demanda por insumos naturales.

Perú se ha consolidado como un referente en la producción de limón y sus derivados, gracias a su capacidad de abastecer durante gran parte del año a los mercados internacionales. La región de Piura es el motor de esta industria, con cultivos de limón Tahití y sutil que abastecen tanto al consumo fresco como a la transformación industrial.

El aceite de limón, obtenido a través de procesos de destilación y prensado de la cáscara, se ha convertido en uno de los productos de mayor valor agregado del sector citrícola, contribuyendo a diversificar la canasta exportadora peruana más allá de frutas frescas tradicionales como uvas, arándanos o paltas.

El mercado global de aceites esenciales está en plena expansión, impulsado por el auge de la alimentación saludable, los productos naturales y la cosmética orgánica. En este escenario, el aceite de limón peruano compite con países como México, Argentina e India, que también cuentan con tradición en la producción citrícola.

La fortaleza de Perú radica en la concentración de aceites esenciales en su fruta, lo que asegura un producto de calidad reconocida. Además, la estabilidad en los envíos y la experiencia de sus exportadores le han permitido ganar espacio en plazas de alto valor.

Pese al crecimiento, el sector enfrenta desafíos. La variabilidad climática, con eventos de sequías y lluvias intensas, puede afectar la producción. Asimismo, los costos logísticos internacionales continúan presionando la rentabilidad, especialmente en rutas de larga distancia hacia Europa y Asia.

Sin embargo, las perspectivas hacia el cierre de 2025 son optimistas. De mantenerse el ritmo actual, las exportaciones de aceite de limón podrían superar los US$ 70 millones este año. El reto será continuar con la diversificación de mercados, fortalecer la certificación en inocuidad y sostenibilidad y avanzar en la incorporación de tecnología de procesamiento que permita mantener la competitividad frente a otros productores.

El aceite de limón no solo representa ingresos crecientes para el país, sino que también se ha convertido en un símbolo del potencial agroindustrial peruano. Su versatilidad en distintas industrias lo posiciona como un producto estratégico en la canasta exportadora, y su demanda internacional anticipa un futuro de oportunidades si se mantienen los estándares de calidad y se gestionan de manera eficiente los retos productivos y logísticos.