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Perú pisa fuerte en el mundo: consolida su liderazgo global en exportación de uva de mesa

Con más de 570.000 toneladas exportadas en la última campaña, Perú reafirma su posición como primer exportador mundial de uva de mesa. La clave: calidad, planificación varietal y apertura de nuevos mercados. Productores e industriales ya proyectan un nuevo ciclo de crecimiento sostenido.

Agrolatam.com
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Perú volvió a superar sus propios récords y se consagró, una vez más, como el primer exportador mundial de uva de mesa. Según datos recientes del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), el país exportó más de 570.000 toneladas durante la campaña 2023-2024, consolidando una posición de privilegio en los mercados internacionales.

Este resultado es fruto de una combinación de factores estratégicos: inversión en reconversión varietal, incorporación de tecnología en campo, eficiencia logística y una política activa de apertura comercial. El sector privado y público coinciden en que se trata de una construcción colectiva que refleja años de trabajo, aprendizaje y adaptación al nuevo perfil del consumidor global.

"Perú no solo lidera por volumen, sino también por calidad, cumplimiento y diversidad de su oferta. Somos un actor serio y confiable para los principales mercados del mundo," expresó el presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Uva de Mesa del Perú (Provid), Carlos Zamorano.

Estados Unidos, China, Países Bajos, México y España encabezan el ranking de destinos, pero el abanico se amplía año tras año. Durante la última campaña, el país logró acceder a nuevos nichos en Asia y Medio Oriente, además de consolidar su presencia en Sudamérica.

La reconversión varietal ha sido un eje clave. En menos de una década, el Perú pasó de concentrarse en variedades tradicionales como Red Globe a incorporar más de 25 nuevas variedades patentadas, entre ellas Sweet Globe, Allison, Autumn Crisp y Jack's Salute. Estas variedades permiten un mayor valor agregado, mejor manejo poscosecha y satisfacción del gusto del consumidor final.

Además, la distribución geográfica de la producción ha permitido una ventana de exportación más extendida, desde noviembre hasta marzo. Las regiones de Ica, Piura, Lambayeque y La Libertad lideran la producción, con climas diversos que permiten abastecer mercados exigentes en momentos clave del calendario internacional.

En términos logísticos, el sector ha mejorado su capacidad de frío, optimizado procesos de empacado y fortalecido la trazabilidad. Esto ha permitido cumplir con protocolos sanitarios cada vez más exigentes, especialmente en mercados como China y Corea del Sur.

El Midagri destacó que, junto al crecimiento en volumen y destinos, también se ha incrementado el valor FOB de las exportaciones, con ingresos que superaron los 1.400 millones de dólares. Esto convierte a la uva de mesa en uno de los principales productos del portafolio agroexportador del Perú, junto con el arándano, la palta y el café.

Productores medianos y grandes coincidieron en que el reto hacia adelante es sostener este crecimiento con sostenibilidad. La presión sobre los recursos hídricos, el cambio climático y los costos logísticos internacionales exigen nuevas respuestas.

"Nuestro objetivo ahora es crecer con responsabilidad. La sostenibilidad no es una opción, es una necesidad," afirmó uno de los principales exportadores del valle de Ica.

Otro desafío es la competitividad laboral. El sector genera más de 120.000 empleos directos durante la campaña, pero enfrenta tensiones por ajustes normativos, reclamos sindicales y la necesidad de mejorar condiciones de empleo rural sin perder eficiencia.

Pese a los desafíos, el panorama es alentador. Los planes de expansión en superficie cultivada y renovación tecnológica continúan, con foco en nuevas zonas como Arequipa y Moquegua, así como en la integración de inteligencia artificial, riego de precisión y monitoreo satelital para optimizar la gestión del cultivo.

Con este impulso, Perú se consolida como potencia agroexportadora y modelo de éxito en el hemisferio sur. La uva de mesa no solo es un fruto de exportación, sino un símbolo del trabajo articulado, la innovación productiva y la visión de largo plazo que transformó al agro peruano en un motor clave de desarrollo.

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